/ sábado 15 de mayo de 2021

Tutti frutti sabatini

VIENTOS

Hay temas que me producen sarpullido porque me hacen sentir una parte de su problemática a pesar de que ni soy profesor normalista y menos autor de algún sistema oficial de Educación Pública o privada.

Parto de una base fundamental: el tiempo me enseñó que no existe lo bueno ni lo malo; que sólo existe lo positivo y lo negativo y que la falta de preparación e ilustración de nuestro pueblo lo sitúa desarmado en el centro volcánico de su entorno. Por eso las marchas callejeras, lo destructivo de las mismas.

El espíritu - genes - del ser primitivo irrumpe en la escena sin permiso y sus pasiones privan sobre la razón, como ese dispositivo espiritual femenino de aceptar el aborto - el asesinato de una vida nueva, indefensa, que ella misma propició - qué es la contradicción - lo negativo - del imperio de la naturaleza de multiplicar la especie. Pero todas estas actitudes irrazonables de alguna manera me hacen sentir culpable, negativo, porque siendo parte de una sociedad humana y con oportunidad para educarme incluso profesionalmente - por supuesto con mi voluntad por enfrente para el estudio -, no puse a disposición con mi actividad comunicativa, lo que aprendí, ignoro si bien en lo positivo, que bien podría haber sido un faro de adecuada luz intelectual.

Y así vuelvo al principio porque sigo observando él como muchos de mis lectores - me lo han dicho - juzgan de malo lo que la vida no les regaló o atacó a sus intereses personales, familiares o de negocios.

Si lo que los gobiernos hacen lesiona las ideas de algunos, pues “esos algunos” se desgañitan gritando en contra, porque ellos, como algunos comunicadores, ignoran lo que es gobernar ... ¡Ahhhh!, pero ¿qué tal si ellos gobernaran? La sinrazón como producto de la ignorancia y de la pasión desbordada. Y así en tales condiciones de ignorancia e incultura políticas, estamos penetrando a un nuevo periodo de elecciones, pequeñas luces en los señalamientos del “qué harán” cuando “sus reales” - en caso de triunfar se posen en la tan gastada “silla de Leonor”.

Por provecho de la ocasión: ¿Usted sabe por qué se le llama así?

Hay viejos y viejas “comunicadoras” que piden cambios. Y claro que este escribidor también lo quiere. Es más: ya está aquí. Pero como no se acomoda a su ideología (si tienen alguna) pues a dar las contras, con lo que volvemos a lo positivo y lo negativo. ¿Cómo se puede navegar en unidad cuando comunicadores como Gustavo Macalpin que dice con primitivismo espectacular: “Nadie quiere a los políticos de la vieja onda”? ¿Nadie? ¿En dónde está la encuesta que hizo, cuándo y cómo, sin permiso del INE?

En este país cada quien dice y hace lo que quiere y hasta les sobra cobre para comprar conciencias… Por eso los viejos partidos como el PRI y luego el PAN se viciaron en el poder y lo usufructuaron. Y el pueblo se acomodaba bajo el árbol de “las moras” en espera de recoger “sus moras” … Y ¡zas!, que les llega de pronto El “Cristo” nuevo, como el que arrojó a los bandoleros mercaderes del templo... y los nuevos mercaderes se le van encima. Y son los cambios... esos cambios que no les satisfacen a los nuevos buscadores del poder político que son los empresarios gigantes como la AT&T, Ford, las grandes empresas petroleras, las dueñas monopólicas de los medios digitales, en fin, los nuevos dueños del poder político que los críticos de “a peso” ni se enteran.

De eso me siento culpable, por ser parte del triunfo de los poderosos sin haberlo percibido a tiempo... ¿Porque no soy poderoso?...

VIENTOS

Hay temas que me producen sarpullido porque me hacen sentir una parte de su problemática a pesar de que ni soy profesor normalista y menos autor de algún sistema oficial de Educación Pública o privada.

Parto de una base fundamental: el tiempo me enseñó que no existe lo bueno ni lo malo; que sólo existe lo positivo y lo negativo y que la falta de preparación e ilustración de nuestro pueblo lo sitúa desarmado en el centro volcánico de su entorno. Por eso las marchas callejeras, lo destructivo de las mismas.

El espíritu - genes - del ser primitivo irrumpe en la escena sin permiso y sus pasiones privan sobre la razón, como ese dispositivo espiritual femenino de aceptar el aborto - el asesinato de una vida nueva, indefensa, que ella misma propició - qué es la contradicción - lo negativo - del imperio de la naturaleza de multiplicar la especie. Pero todas estas actitudes irrazonables de alguna manera me hacen sentir culpable, negativo, porque siendo parte de una sociedad humana y con oportunidad para educarme incluso profesionalmente - por supuesto con mi voluntad por enfrente para el estudio -, no puse a disposición con mi actividad comunicativa, lo que aprendí, ignoro si bien en lo positivo, que bien podría haber sido un faro de adecuada luz intelectual.

Y así vuelvo al principio porque sigo observando él como muchos de mis lectores - me lo han dicho - juzgan de malo lo que la vida no les regaló o atacó a sus intereses personales, familiares o de negocios.

Si lo que los gobiernos hacen lesiona las ideas de algunos, pues “esos algunos” se desgañitan gritando en contra, porque ellos, como algunos comunicadores, ignoran lo que es gobernar ... ¡Ahhhh!, pero ¿qué tal si ellos gobernaran? La sinrazón como producto de la ignorancia y de la pasión desbordada. Y así en tales condiciones de ignorancia e incultura políticas, estamos penetrando a un nuevo periodo de elecciones, pequeñas luces en los señalamientos del “qué harán” cuando “sus reales” - en caso de triunfar se posen en la tan gastada “silla de Leonor”.

Por provecho de la ocasión: ¿Usted sabe por qué se le llama así?

Hay viejos y viejas “comunicadoras” que piden cambios. Y claro que este escribidor también lo quiere. Es más: ya está aquí. Pero como no se acomoda a su ideología (si tienen alguna) pues a dar las contras, con lo que volvemos a lo positivo y lo negativo. ¿Cómo se puede navegar en unidad cuando comunicadores como Gustavo Macalpin que dice con primitivismo espectacular: “Nadie quiere a los políticos de la vieja onda”? ¿Nadie? ¿En dónde está la encuesta que hizo, cuándo y cómo, sin permiso del INE?

En este país cada quien dice y hace lo que quiere y hasta les sobra cobre para comprar conciencias… Por eso los viejos partidos como el PRI y luego el PAN se viciaron en el poder y lo usufructuaron. Y el pueblo se acomodaba bajo el árbol de “las moras” en espera de recoger “sus moras” … Y ¡zas!, que les llega de pronto El “Cristo” nuevo, como el que arrojó a los bandoleros mercaderes del templo... y los nuevos mercaderes se le van encima. Y son los cambios... esos cambios que no les satisfacen a los nuevos buscadores del poder político que son los empresarios gigantes como la AT&T, Ford, las grandes empresas petroleras, las dueñas monopólicas de los medios digitales, en fin, los nuevos dueños del poder político que los críticos de “a peso” ni se enteran.

De eso me siento culpable, por ser parte del triunfo de los poderosos sin haberlo percibido a tiempo... ¿Porque no soy poderoso?...