/ sábado 24 de julio de 2021

Tutti frutti sabatini

VIENTOS

“Ya le soltaron la cola al tigre.... a ver quien se la agarra”, dicen que - entre otras cosas - expresó don Porfirio Díaz antes de abordar el “Ipiranga” que lo conduciría a Francia, autoexiliado para sostener la paz en México que ya acechaba con una guerra civil de proporciones inéditas, huracanada, destilada de su larga dictadura.

Pues bien - o mal - el presidente López Obrador, 90 años después, ya le soltó la cola al león al enlistar a miembros de su gabinete como presidenciables para el 2023 – 2024. ¿Estrategia acorde con su indiscutible talento político singular? ¿Error como falla sorprendente? ¿Desvío de atención por algo impensable para el pueblo que le permita recuperar las opiniones positivas de su entronización presidencial?

Por sí o por no, Marcelo Ebrard Casaubón ya tomó número en la pista imaginaria presidencial futurista y al “enlistamiento alegre” del presidente bromista, se apunta por su cuenta y riesgo, pues tiene una razón lógica: sí ya lo enlistó el presidente, claro que exigirá su lugar en la consulta y en su momento, como ya lo expresó de viva voz el actual secretario de Relaciones Exteriores a los medios televisivos.

El canciller de México Marcelo Ebrard y el Presidente de Mexico Andres Manuel López Obrador FOTO: Adrián Vázquez I El Sol de México

De hoy al 2023 incontenible de indigestión política anticipada, hay todavía un ancho y largo trecho que recorrer para digerir o acumular sucesos inéditos hoy. Pero por aquello “de las Termópilas”, el senador Ricardo Monreal Ávila, él desde tiempos previos a su gobernanza positiva de Zacatecas, su solar nativo, soñó largamente y se preparó para ello, por eso su capacidad política interpretativa del sistema “a la mexicana” y su ilustración personal asombrosa en esos niveles, a lo que puede sumar una excelente capacitación en relaciones públicas. Y con ese equipaje afrontó al “zorro” Joaquín López Dóriga y le espetó más o menos: me apuntaré entre los aspirantes señalados por el presidente con Morena.... o sin Morena. Esto es un reto indubitable, frontal, porque ha de pensar qué es el último esfuerzo u oportunidad. Y como dijo el presidente López Obrador que todos los ciudadanos tienen el mismo derecho, pues memorizando versos adolescentes diré con Salvador Díaz Mirón: “Hay aves que cruzan el pantano/ y no se manchan. / Mi plumaje es de esos”. Y sí, así es el plumaje de Monreal Ávila entre los otros....

Pocos han entendido la sorna, la finta, la tartufería del presidente o lo exhibe si no teme enredarse en “la telaraña” formidable de la 4T. Y oiga usted, cuando el presidente se comunica en las “mañaneras” y acepta al vuelo los temas de las preguntas más incómodas, es tajante en sus respuestas. López Obrador es un líder ínsito, innato, seguramente congénito. Por eso llegó al poder que en México es uno que a veces ni los Reyes tienen. Hasta el título constitucional lo anuncia: SUPREMO PODER EJECUTIVO, no Poder Ejecutivo simplemente.

Pero “soltarle la cola al León” que espera el momento de dar el zarpazo, va más allá de la modesta imaginación de este escribidor, si la política para imponer paz y seguridad en México, sigue dependiendo de “abrazos y no balazos” que sólo es dable en monjerías o fanatismos religiosos o espiritualistas tan alejados de la realidad.

Porfirio Díaz impuso orden y paz en México a la fuerza, que es el idioma que entiende “la canalla”, como llaman al pueblo los sonorenses. Y es todo por hoy.

VIENTOS

“Ya le soltaron la cola al tigre.... a ver quien se la agarra”, dicen que - entre otras cosas - expresó don Porfirio Díaz antes de abordar el “Ipiranga” que lo conduciría a Francia, autoexiliado para sostener la paz en México que ya acechaba con una guerra civil de proporciones inéditas, huracanada, destilada de su larga dictadura.

Pues bien - o mal - el presidente López Obrador, 90 años después, ya le soltó la cola al león al enlistar a miembros de su gabinete como presidenciables para el 2023 – 2024. ¿Estrategia acorde con su indiscutible talento político singular? ¿Error como falla sorprendente? ¿Desvío de atención por algo impensable para el pueblo que le permita recuperar las opiniones positivas de su entronización presidencial?

Por sí o por no, Marcelo Ebrard Casaubón ya tomó número en la pista imaginaria presidencial futurista y al “enlistamiento alegre” del presidente bromista, se apunta por su cuenta y riesgo, pues tiene una razón lógica: sí ya lo enlistó el presidente, claro que exigirá su lugar en la consulta y en su momento, como ya lo expresó de viva voz el actual secretario de Relaciones Exteriores a los medios televisivos.

El canciller de México Marcelo Ebrard y el Presidente de Mexico Andres Manuel López Obrador FOTO: Adrián Vázquez I El Sol de México

De hoy al 2023 incontenible de indigestión política anticipada, hay todavía un ancho y largo trecho que recorrer para digerir o acumular sucesos inéditos hoy. Pero por aquello “de las Termópilas”, el senador Ricardo Monreal Ávila, él desde tiempos previos a su gobernanza positiva de Zacatecas, su solar nativo, soñó largamente y se preparó para ello, por eso su capacidad política interpretativa del sistema “a la mexicana” y su ilustración personal asombrosa en esos niveles, a lo que puede sumar una excelente capacitación en relaciones públicas. Y con ese equipaje afrontó al “zorro” Joaquín López Dóriga y le espetó más o menos: me apuntaré entre los aspirantes señalados por el presidente con Morena.... o sin Morena. Esto es un reto indubitable, frontal, porque ha de pensar qué es el último esfuerzo u oportunidad. Y como dijo el presidente López Obrador que todos los ciudadanos tienen el mismo derecho, pues memorizando versos adolescentes diré con Salvador Díaz Mirón: “Hay aves que cruzan el pantano/ y no se manchan. / Mi plumaje es de esos”. Y sí, así es el plumaje de Monreal Ávila entre los otros....

Pocos han entendido la sorna, la finta, la tartufería del presidente o lo exhibe si no teme enredarse en “la telaraña” formidable de la 4T. Y oiga usted, cuando el presidente se comunica en las “mañaneras” y acepta al vuelo los temas de las preguntas más incómodas, es tajante en sus respuestas. López Obrador es un líder ínsito, innato, seguramente congénito. Por eso llegó al poder que en México es uno que a veces ni los Reyes tienen. Hasta el título constitucional lo anuncia: SUPREMO PODER EJECUTIVO, no Poder Ejecutivo simplemente.

Pero “soltarle la cola al León” que espera el momento de dar el zarpazo, va más allá de la modesta imaginación de este escribidor, si la política para imponer paz y seguridad en México, sigue dependiendo de “abrazos y no balazos” que sólo es dable en monjerías o fanatismos religiosos o espiritualistas tan alejados de la realidad.

Porfirio Díaz impuso orden y paz en México a la fuerza, que es el idioma que entiende “la canalla”, como llaman al pueblo los sonorenses. Y es todo por hoy.