/ viernes 28 de febrero de 2020

Un día sin mujeres…

Quo Vadis


Mi señor padre Ramón, siempre fiel a los valores que identificaron a su generación como quizá la más ruda en cuanto a las formas para educar a los hijos, siempre remarcaba al que esto escribe y a mis hermanos: “La mujer es primero…”. Y ciertamente no había justificación para tocarlas impropiamente con el pétalo de una rosa, menos abusar de ellas, burlarse o golpearlas, so pena de recibir una buena golpiza a cintarazos, nalgadas, lo que fuera…

Esa generación marcó profunda diferencia con la que está de salida ahorita, producto de los “rebeldes sin causa” y de los hippies que con la “V” de victoria, los cantos a la paz y el amor acompañaron a otros millones para con sangre, sudor y lágrimas consolidar cambios en los derechos y libertades de los mexicanos que durante décadas vivieron un estatismo enfermizo.

Por eso fue difícil, muy difícil el trance para consolidar algunos cambios socio-políticos-económicos del total al que aspira la sociedad mexicana y nos estancamos en un escenario cruel, el que ahora nos toca resolver como gobernantes y gobernados, porque aumenta la violencia y salvajismo contra todo ser humano…y naturaleza en general.

Ahí, en ese escenario impropio están las mujeres (sin subestimar a los infantes o ancianos), por eso el paro denominado “Un día sin nosotras” que ocurrirá el próximo 9 de marzo en buena parte del país con adhesiones…legítimas unas y perversamente hipócritas otras.

Por si no lo sabe, la convocatoria “Un día sin nosotras” comenzó a circular en redes sociales a principios de febrero atribuyéndosele al colectivo veracruzano “Las Brujas del Mar”, quienes se han deslindado total y absolutamente de tendencias políticas, partidocracias, derechas, izquierdas, “arribas” y “abajos” porque se trata -remarcan- de las mujeres, de nadie más.

Un día antes, el 8 de marzo, se celebrará el Día Internacional de la Mujer y habrá oportunidad para que personas adictas a la política hagan de las suyas: Justifiquen, prometan y hasta anuncien “pomposas” medidas tratando de cumplir –con palabras- lo que con hechos deberían hacer para dar garantías respecto a los derechos y dignidad de las féminas.

¿Qué van a lograr las mujeres a su favor con su paro y ausencias el 9 de marzo? No lo sé, quizá no mucho para atender el tamaño de la problemática, pero lo que sí sé es que en México son más las mujeres que los hombres, son más legítimas en sus luchas, son más firmes y decididas y por mucho son las que a final de cuentas pueden decidir a quién se pone y a quién se quita de puestos de elección popular, ahí donde se definen las políticas públicas y el uso del dinero de los mexicanos.

Y si no lo cree así, esperemos ver cómo se desenvuelve la lucha femenil de aquí hasta mediados del 2021 cuando estén en disputa 3 mil 852 cargos de elección popular, 209 más que en 2018, convirtiéndose así en la elección más grande de la historia en México, ya que se renovará la Cámara de Diputados federal, 29 elecciones de Congresos locales, alrededor de 2 mil municipios y más de una decena de gubernaturas, incluida la de BC., no lo dude. Cuestión de tiempo. ¿O no?

Quo Vadis


Mi señor padre Ramón, siempre fiel a los valores que identificaron a su generación como quizá la más ruda en cuanto a las formas para educar a los hijos, siempre remarcaba al que esto escribe y a mis hermanos: “La mujer es primero…”. Y ciertamente no había justificación para tocarlas impropiamente con el pétalo de una rosa, menos abusar de ellas, burlarse o golpearlas, so pena de recibir una buena golpiza a cintarazos, nalgadas, lo que fuera…

Esa generación marcó profunda diferencia con la que está de salida ahorita, producto de los “rebeldes sin causa” y de los hippies que con la “V” de victoria, los cantos a la paz y el amor acompañaron a otros millones para con sangre, sudor y lágrimas consolidar cambios en los derechos y libertades de los mexicanos que durante décadas vivieron un estatismo enfermizo.

Por eso fue difícil, muy difícil el trance para consolidar algunos cambios socio-políticos-económicos del total al que aspira la sociedad mexicana y nos estancamos en un escenario cruel, el que ahora nos toca resolver como gobernantes y gobernados, porque aumenta la violencia y salvajismo contra todo ser humano…y naturaleza en general.

Ahí, en ese escenario impropio están las mujeres (sin subestimar a los infantes o ancianos), por eso el paro denominado “Un día sin nosotras” que ocurrirá el próximo 9 de marzo en buena parte del país con adhesiones…legítimas unas y perversamente hipócritas otras.

Por si no lo sabe, la convocatoria “Un día sin nosotras” comenzó a circular en redes sociales a principios de febrero atribuyéndosele al colectivo veracruzano “Las Brujas del Mar”, quienes se han deslindado total y absolutamente de tendencias políticas, partidocracias, derechas, izquierdas, “arribas” y “abajos” porque se trata -remarcan- de las mujeres, de nadie más.

Un día antes, el 8 de marzo, se celebrará el Día Internacional de la Mujer y habrá oportunidad para que personas adictas a la política hagan de las suyas: Justifiquen, prometan y hasta anuncien “pomposas” medidas tratando de cumplir –con palabras- lo que con hechos deberían hacer para dar garantías respecto a los derechos y dignidad de las féminas.

¿Qué van a lograr las mujeres a su favor con su paro y ausencias el 9 de marzo? No lo sé, quizá no mucho para atender el tamaño de la problemática, pero lo que sí sé es que en México son más las mujeres que los hombres, son más legítimas en sus luchas, son más firmes y decididas y por mucho son las que a final de cuentas pueden decidir a quién se pone y a quién se quita de puestos de elección popular, ahí donde se definen las políticas públicas y el uso del dinero de los mexicanos.

Y si no lo cree así, esperemos ver cómo se desenvuelve la lucha femenil de aquí hasta mediados del 2021 cuando estén en disputa 3 mil 852 cargos de elección popular, 209 más que en 2018, convirtiéndose así en la elección más grande de la historia en México, ya que se renovará la Cámara de Diputados federal, 29 elecciones de Congresos locales, alrededor de 2 mil municipios y más de una decena de gubernaturas, incluida la de BC., no lo dude. Cuestión de tiempo. ¿O no?