PRISMA
No sabemos por qué no entendemos algunas de las decisiones tomadas por el presidente Peña Nieto en materia económica.
¿Será acaso porque no estudiamos Economía o porque no fuimos a Harvard? Lo que sí sabemos es que son lesivas para miles de mexicanos que agobiados sufren sus consecuencias. Las calificamos de incongruentes por varias razones. Una de ellas sería que mientras el mismo gobierno canaliza miles de millones de pesos “dizque para sacar de la pobreza a 50 millones de ciudadanos”, en contraste dedica muchos dólares a impulsar dicha lacra en perjuicio de grandes segmentos de población “al quitarles el único medio para subsistir”. Así, recursos que debieran dedicarse a subsanar tantas carencias que registra la población, son canalizados a tareas que hasta hoy no se ha informado de los beneficios que pudieran significar para las mayorías. Lo más grave de la cuestión es que se están dando acciones que pudieran estar vulnerando la soberanía del país al permitir que embarcaciones de organismos extranjeros incursionen en el Golfo de California realizando labores de vigilancia, acosando a los pescadores mexicanos. Nos referimos al caso de los pescadores de San Felipe, que desde varios años vienen enfrentando severa crisis económica por la veda pesquera que paralizó la única actividad económica que realizaban sus pobladores para ganarse la vida y el sustento de sus familias: La pesca. De manera imprevista, el gobierno mexicano -tal vez influenciado por organizaciones ambientalistas extranjeras- prohibió la única actividad pesquera sustentable de los pescadores con el pretexto -aunque dicen que hay otros que se guardan funcionarios y empresarios mexicanos y extranjeros-de proteger la famosa vaquita marina, de la que muchos hablan, pero pocos han visto. Hace años -allá por 2003- entrevistamos a un pescador-empresario que fungía como presidente de CANACO Puerto Peñasco, Sonora, buscando información sobre la vaquita.
Respondió: “Hace muchos años que no vemos una sola. Dudamos que exista”. Sunshine Antonio Rodríguez Peña, único dirigente pesquero que ha dado la cara en este problema, calificó de “fallida y cara” la estrategia del Gobierno en la que ha gastado más de 100 millones de pesos solo por darle gusto a organizaciones ambientalistas extranjeras que han convertido sus programas en un buen negocio, mientras “comunidades como San Felipe se mueren de hambre”.
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