/ domingo 15 de julio de 2018

Una entrevista trascendente

VIENTOS

El presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), don René Juárez Cisneros, estuvo de invitado en el módulo noticioso del canal de TV de Milenio y bajo la “metralla” inocentona de una joven recientemente elevada al plano de los capacitados para estas fruncias a donde aún tardará en arribar.

La experiencia, tablas pues, y las circunstancias, le permiten a don René salir a tambor batiente y recogiendo los pedazos de un PRI al que seguro le sobra, como en tiempos de alternativas pasadas, ese fuego que la historia, como muleta de auxilio, le concede si como es probable la política seguirá siendo “a la mexicana” con los toques de estilo del “Peje”, como diría don Daniel Cosío Villegas.

A nivel nacional, bajo las condiciones que actualmente circundan a todos los partidos políticos, incluso a “Morena”, permiten suponer que el PAN volvió a conseguir con la batuta de Anaya, un sabroso segundo lugar. Pero imaginar que el tercero correspondiente al PRI es poco, es imaginar desastres que no existen en ese nivel. Otra cosa es si lo medimos con el termómetro bajacaliforniano, porque en este caso como en el de Baja California Sur, Chihuahua, Puebla, Guanajuato y algún otro que se me escape de momento, el campo puede volverle a ser fructífero cuando a la vuelta de tres años el pueblo encantado hoy por la magia del tabasqueño se nuble, como siempre sucede cuando lo prometido se vuelva humo y se convierta, si mucho, en una cadena de promesas incumplidas según el juicio de “la canalla”, como dirían los sonorenses.

Así que don René Juárez Cisneros no tuvo que batirse con dragones, cuando apenas fue una breve escaramuza caballerosa con una damita cuyo escudo y espada son de utilería…

El exgobernador de Guerrero y exsubsecretario de Gobernación venido a bombero apagador de un incendio de años, en los últimos meses para tratar de lavar los “encantamientos” fallidos de un vulgar alumno de encantador de serpientes, don Enrique Rojas Ochoa Reza (o como se llame), lo habilitan para ahora sí, con tiempo, asumir con su guía las diversas cirugías que merece el Institucional para recobrar el movimiento, con las dosis adecuadas del venero de las minas que la Revolución Mexicana dejó como herencia y jamás cumplidas cuando el poder, como mala magia de una vara de la virtud a manos de los pelafustanes victoriosos, torció caminos y se empeñó en dilapidar el futuro mexicano a manos de bandoleros que por fin reconoció el PRI su existencia. Y eso ya es un triunfo si lo dice el señor Juárez Cisneros y nada más él, porque otros de los zorros priístas de alto nivel y vieja historia vergonzante, deben abandonar sus filas para dar paso a quienes se atrevan a reconocer los males tricolores y curarlos.

El PRI y el PAN tienen remedio sin ninguna duda. Cada cual por su camino y despegados de sus “chipotes” que solo son chupadores de sangre, sanguijuelas que hay que dejarlos correr solos para ver si resisten la carrera.

Y antes de que termine este asunto hoy no se emocione: don Andrés Manuel López Obrador no es hombre de izquierda; no se olvide que es hijo del PRI y su hechura… hasta en las mañas.

jaimepardoverdugo@yahoo.com.mx


VIENTOS

El presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), don René Juárez Cisneros, estuvo de invitado en el módulo noticioso del canal de TV de Milenio y bajo la “metralla” inocentona de una joven recientemente elevada al plano de los capacitados para estas fruncias a donde aún tardará en arribar.

La experiencia, tablas pues, y las circunstancias, le permiten a don René salir a tambor batiente y recogiendo los pedazos de un PRI al que seguro le sobra, como en tiempos de alternativas pasadas, ese fuego que la historia, como muleta de auxilio, le concede si como es probable la política seguirá siendo “a la mexicana” con los toques de estilo del “Peje”, como diría don Daniel Cosío Villegas.

A nivel nacional, bajo las condiciones que actualmente circundan a todos los partidos políticos, incluso a “Morena”, permiten suponer que el PAN volvió a conseguir con la batuta de Anaya, un sabroso segundo lugar. Pero imaginar que el tercero correspondiente al PRI es poco, es imaginar desastres que no existen en ese nivel. Otra cosa es si lo medimos con el termómetro bajacaliforniano, porque en este caso como en el de Baja California Sur, Chihuahua, Puebla, Guanajuato y algún otro que se me escape de momento, el campo puede volverle a ser fructífero cuando a la vuelta de tres años el pueblo encantado hoy por la magia del tabasqueño se nuble, como siempre sucede cuando lo prometido se vuelva humo y se convierta, si mucho, en una cadena de promesas incumplidas según el juicio de “la canalla”, como dirían los sonorenses.

Así que don René Juárez Cisneros no tuvo que batirse con dragones, cuando apenas fue una breve escaramuza caballerosa con una damita cuyo escudo y espada son de utilería…

El exgobernador de Guerrero y exsubsecretario de Gobernación venido a bombero apagador de un incendio de años, en los últimos meses para tratar de lavar los “encantamientos” fallidos de un vulgar alumno de encantador de serpientes, don Enrique Rojas Ochoa Reza (o como se llame), lo habilitan para ahora sí, con tiempo, asumir con su guía las diversas cirugías que merece el Institucional para recobrar el movimiento, con las dosis adecuadas del venero de las minas que la Revolución Mexicana dejó como herencia y jamás cumplidas cuando el poder, como mala magia de una vara de la virtud a manos de los pelafustanes victoriosos, torció caminos y se empeñó en dilapidar el futuro mexicano a manos de bandoleros que por fin reconoció el PRI su existencia. Y eso ya es un triunfo si lo dice el señor Juárez Cisneros y nada más él, porque otros de los zorros priístas de alto nivel y vieja historia vergonzante, deben abandonar sus filas para dar paso a quienes se atrevan a reconocer los males tricolores y curarlos.

El PRI y el PAN tienen remedio sin ninguna duda. Cada cual por su camino y despegados de sus “chipotes” que solo son chupadores de sangre, sanguijuelas que hay que dejarlos correr solos para ver si resisten la carrera.

Y antes de que termine este asunto hoy no se emocione: don Andrés Manuel López Obrador no es hombre de izquierda; no se olvide que es hijo del PRI y su hechura… hasta en las mañas.

jaimepardoverdugo@yahoo.com.mx