/ viernes 2 de octubre de 2020

Uruguay y la izquierda citadina

#SePintóDeCeleste era uno de los tantos hashtags que en la medianoche del pasado 27 de setiembre predominaba en Uruguay, a instancias de los internautas de la conservadora coalición multicolor, liderada mayoritariamente por el derechista Partido Nacional.

No era para menos, de los 19 departamentos que tiene el país más pequeño de América del Sur, las urnas marcaron que gobernarán en 16. Dicen que los números no mienten, pero sí lo hacen los que trabajan con ellos, lo que a la postre termina teniendo el mismo resultado. Es que si bien los conservadores nacionales se quedaron con las administraciones de la mayor parte del territorio uruguayo, los frenteamplistas siguen gobernando al 60% de los habitantes. Ambas cosas fueron destacadas por las militancias partidarias. Tres de los cuatro departamentos más poblados de Uruguay: Montevideo, Canelones y Salto siguen siendo frenteamplistas y los dos primeros por amplio margen.

El resultado final, a grandes rasgos, no fue una sorpresa para nadie. Las encuestas en forma mayoritaria estuvieron bastante acertadas, al menos las más prestigiosas.

Un fugaz análisis, a pocas horas de haberse celebrado la elección, muestra que la ola triunfal de las elecciones nacionales y la luna de miel electoral –que comienza a llegar a su fin para la administración de Lacalle Pou– tuvieron un rol importante en el resultado final. Nadie puede desconocer la intromisión del presidente de la República –y los integrantes de su gobierno– en la misma campaña, viajando a los departamentos donde se suponía más reñida la contienda electoral…

Los medios de comunicación también jugaron. Mediciones publicadas en prensa nacional confirmaron que los candidatos conservadores accedían cuantitativamente a muchos más espacios periodísticos que los del Frente Amplio, fundamentalmente en la capital.

También aconteció algo similar con la publicidad radial y televisiva, donde mayoritariamente los candidatos conservadores pautaron más. Este hecho se confirma además con una situación financiera del Frente Amplio que sus dirigentes tildan de muy ajustada o deficitaria… Sin dinero es muy difícil hacer campañas exitosas. No se pueden desconocer estos elementos mencionados, pero hay que reconocer también que la oferta electoral de la coalición en el interior del país, resultó más atractiva para la ciudadanía en general y ahí habría que analizar cuáles fueron las circunstancias que valieron.

#SeSiguenYendo fue otro de los hashtags que utilizaron en Twitter los navegantes de esta red que decidieron hostigar a los frenteamplistas. Pues bien, a pesar de la pérdida de tres departamentos y de algunos municipios históricos de izquierda, el Frente Amplio sigue gobernando a más del 60% de la población del país.

De todas maneras y a la hora del #VamosAVolver, es recomendable trabajar en una planificación estratégica que sin duda tendrá como punto de partida una base territorial afín electoralmente en donde radica más del 50% de la población.

marcelhermitte@gmail.com


#SePintóDeCeleste era uno de los tantos hashtags que en la medianoche del pasado 27 de setiembre predominaba en Uruguay, a instancias de los internautas de la conservadora coalición multicolor, liderada mayoritariamente por el derechista Partido Nacional.

No era para menos, de los 19 departamentos que tiene el país más pequeño de América del Sur, las urnas marcaron que gobernarán en 16. Dicen que los números no mienten, pero sí lo hacen los que trabajan con ellos, lo que a la postre termina teniendo el mismo resultado. Es que si bien los conservadores nacionales se quedaron con las administraciones de la mayor parte del territorio uruguayo, los frenteamplistas siguen gobernando al 60% de los habitantes. Ambas cosas fueron destacadas por las militancias partidarias. Tres de los cuatro departamentos más poblados de Uruguay: Montevideo, Canelones y Salto siguen siendo frenteamplistas y los dos primeros por amplio margen.

El resultado final, a grandes rasgos, no fue una sorpresa para nadie. Las encuestas en forma mayoritaria estuvieron bastante acertadas, al menos las más prestigiosas.

Un fugaz análisis, a pocas horas de haberse celebrado la elección, muestra que la ola triunfal de las elecciones nacionales y la luna de miel electoral –que comienza a llegar a su fin para la administración de Lacalle Pou– tuvieron un rol importante en el resultado final. Nadie puede desconocer la intromisión del presidente de la República –y los integrantes de su gobierno– en la misma campaña, viajando a los departamentos donde se suponía más reñida la contienda electoral…

Los medios de comunicación también jugaron. Mediciones publicadas en prensa nacional confirmaron que los candidatos conservadores accedían cuantitativamente a muchos más espacios periodísticos que los del Frente Amplio, fundamentalmente en la capital.

También aconteció algo similar con la publicidad radial y televisiva, donde mayoritariamente los candidatos conservadores pautaron más. Este hecho se confirma además con una situación financiera del Frente Amplio que sus dirigentes tildan de muy ajustada o deficitaria… Sin dinero es muy difícil hacer campañas exitosas. No se pueden desconocer estos elementos mencionados, pero hay que reconocer también que la oferta electoral de la coalición en el interior del país, resultó más atractiva para la ciudadanía en general y ahí habría que analizar cuáles fueron las circunstancias que valieron.

#SeSiguenYendo fue otro de los hashtags que utilizaron en Twitter los navegantes de esta red que decidieron hostigar a los frenteamplistas. Pues bien, a pesar de la pérdida de tres departamentos y de algunos municipios históricos de izquierda, el Frente Amplio sigue gobernando a más del 60% de la población del país.

De todas maneras y a la hora del #VamosAVolver, es recomendable trabajar en una planificación estratégica que sin duda tendrá como punto de partida una base territorial afín electoralmente en donde radica más del 50% de la población.

marcelhermitte@gmail.com