/ miércoles 16 de mayo de 2018

Vientos

La Nueva revolución


Claro que la piel se enchina cuando una persona con fama –digamos como Eugenio Derbez- por un momento de duda sobre la capacidad del puntero candidato presidencial ( en encuestas), provoca en las redes sociales un “tumulto” de individuales agresiones que presagian muy malos tiempos si el puntero pierde las elecciones.

Lo anterior es una clara advertencia de intolerancia sobre el derecho de expresión que es uno de sentido democrático. Y si las pasiones como es la intolerancia antidemocrática, se agrega a los demás indicios desbordados sin que ninguna autoridad le ponga freno, entonces el incendio se vislumbra y México como nación soberana no debe permitirlo más. Y es necesario que se pongan las cosas en su lugar: los supuestos seguidores del “Peje” –supuesto agredido- han hecho sin freno, el uso de su derecho a la libertad de expresión que le niegan a Derbez que nunca negó al candidato de Marras como tal, cuando la realidad es que solo ha dudado de “su capacidad de gobernar”. ¿Qué sucede cuando en un conglomerado social como el mexicano la discriminación de los derechos lo asumen unos como propio negándoselo a los demás? En buen castellano se llama camino a la dictadura.

La historia es buena consejera. En nuestro país cada movimiento de estos ha terminado en revoluciones y éstas en gobiernos autoritaristas. Del movimiento de Independencia, surgieron como moscas pequeñas satrapías luego del derrocamiento de Iturbide como emperador. Y tuvimos que tragarnos la ofensa mayor: perder mas de la mitad de nuestro territorio teniendo en el gobierno a un napoleoncito de fantochería. Y a rastras llegamos al periodo de La Reforma que desembocó en la dictadura de Porfirio Díaz. Y luego ¿qué sucedió? ¡La revolución! Que transformó a Madero para dar paso a Victoriano Huerta y de ahí a la serie de sucesos que tuvo que desembocar en otra Constitución y el disfraz democrático que padecemos y que hoy se ve amenazado de nuevo con otro gobierno autoritario, porque somos un pueblo de pasiones a tal grado que una opinión de un famoso personaje, hace que se vuelquen en los modernos medios digitales como un volcán en erupción, que afortunadamente quedó en chinampinas, pero dejando un atisbo de violencia más irrefrenable en el alma de este pueblo peligroso cuando se incendia y recobra su espíritu que parecía haber detenido siglos de culturización pacífica y de nobles objetivos cuando se viste de blanco, pero capaz de romper todos los moldes cuando se harta y claro, cuando hay quienes calientan a ese espíritu guerrero y lo mandan a la muerte, porque es muy conocido el refrán que dice “los generales nunca se pelean. Se rinden o se matan, pero no pelean”.

Todas las señales son de alta violencia. Una preparación para cancelar las vías de conducción de combustibles. Pequeños actos de agresión contra las fuerzas armadas probando fuerzas. Modos de obtener dinero “para la causa” con secuestros. Bloqueos de vías de comunicación. Hackers lastimando los sistemas bancarios. Militares en retiro como asesores anunciados. En fin, a la vista el camino que en el fondo no deseamos los mexicanos cuando vemos a nuestros hijos, nietos, bisnietos, padres, hermanos, familia en general bajo el riesgo de ser muertos por asuntos que el diálogo y la ley pueden resolver… si cumplimos como ciudadanos. ¿Nos es muy difícil?

La Nueva revolución


Claro que la piel se enchina cuando una persona con fama –digamos como Eugenio Derbez- por un momento de duda sobre la capacidad del puntero candidato presidencial ( en encuestas), provoca en las redes sociales un “tumulto” de individuales agresiones que presagian muy malos tiempos si el puntero pierde las elecciones.

Lo anterior es una clara advertencia de intolerancia sobre el derecho de expresión que es uno de sentido democrático. Y si las pasiones como es la intolerancia antidemocrática, se agrega a los demás indicios desbordados sin que ninguna autoridad le ponga freno, entonces el incendio se vislumbra y México como nación soberana no debe permitirlo más. Y es necesario que se pongan las cosas en su lugar: los supuestos seguidores del “Peje” –supuesto agredido- han hecho sin freno, el uso de su derecho a la libertad de expresión que le niegan a Derbez que nunca negó al candidato de Marras como tal, cuando la realidad es que solo ha dudado de “su capacidad de gobernar”. ¿Qué sucede cuando en un conglomerado social como el mexicano la discriminación de los derechos lo asumen unos como propio negándoselo a los demás? En buen castellano se llama camino a la dictadura.

La historia es buena consejera. En nuestro país cada movimiento de estos ha terminado en revoluciones y éstas en gobiernos autoritaristas. Del movimiento de Independencia, surgieron como moscas pequeñas satrapías luego del derrocamiento de Iturbide como emperador. Y tuvimos que tragarnos la ofensa mayor: perder mas de la mitad de nuestro territorio teniendo en el gobierno a un napoleoncito de fantochería. Y a rastras llegamos al periodo de La Reforma que desembocó en la dictadura de Porfirio Díaz. Y luego ¿qué sucedió? ¡La revolución! Que transformó a Madero para dar paso a Victoriano Huerta y de ahí a la serie de sucesos que tuvo que desembocar en otra Constitución y el disfraz democrático que padecemos y que hoy se ve amenazado de nuevo con otro gobierno autoritario, porque somos un pueblo de pasiones a tal grado que una opinión de un famoso personaje, hace que se vuelquen en los modernos medios digitales como un volcán en erupción, que afortunadamente quedó en chinampinas, pero dejando un atisbo de violencia más irrefrenable en el alma de este pueblo peligroso cuando se incendia y recobra su espíritu que parecía haber detenido siglos de culturización pacífica y de nobles objetivos cuando se viste de blanco, pero capaz de romper todos los moldes cuando se harta y claro, cuando hay quienes calientan a ese espíritu guerrero y lo mandan a la muerte, porque es muy conocido el refrán que dice “los generales nunca se pelean. Se rinden o se matan, pero no pelean”.

Todas las señales son de alta violencia. Una preparación para cancelar las vías de conducción de combustibles. Pequeños actos de agresión contra las fuerzas armadas probando fuerzas. Modos de obtener dinero “para la causa” con secuestros. Bloqueos de vías de comunicación. Hackers lastimando los sistemas bancarios. Militares en retiro como asesores anunciados. En fin, a la vista el camino que en el fondo no deseamos los mexicanos cuando vemos a nuestros hijos, nietos, bisnietos, padres, hermanos, familia en general bajo el riesgo de ser muertos por asuntos que el diálogo y la ley pueden resolver… si cumplimos como ciudadanos. ¿Nos es muy difícil?