/ viernes 18 de mayo de 2018

Vientos

Tutti frutti sabatini


A veces el vendedor de “libros de segunda”, suelen ser, de origen, buenos lectores y es como inician su negocio. A eso le debo poder contar en mi modesta biblioteca, la obra “Los Vikingos”, sin consignación de autor y en coedición de Editorial Alvon, de Medellín, Colombia y de Editorial Timun de Barcelona, España. El libro me lo obsequió Jorge de la familia Aldrete de todo mi respeto.

Interesante historia de ese pueblo guerrero, navegante, bárbaro e invasor de cepa… Los vikingos que asolaron Europa desde inicios del siglo IX a partir de su natal Dinamarca, regaron su sangre no solamente en batallas terribles, sino por su cruzamiento con mujeres de las diversas etnias de la época y a su paso… Los genes vikingos pueden encontrarse hoy en toda Europa, en Rusia donde pudiera distinguirse por su presencia Rushkie… pero también en Inglaterra, sobre todo en la zona de Wessex (oriente isleño), pero en otras partes como Alemania, Francia, Noruega, en fin… Pero volvamos a los vikingos del siglo IX… Aquí aparece una leyenda sencilla pero consistente… Un rey, Alfredo, huyendo de los vikingos, encontró en medio del territorio alejado de su reino, una choza… la penetró y nadie había… pero sí, el horno en donde se cocinaban unas tortas… mientras llegaba el o la propietaria de las tortas, lo durmió el cansancio y las tortas se quemaron… llegó una anciana que sin saber quién era el “visitante”, lo increpó con ira por no haber salvado las tortas… Con el tiempo, la anciana supo que se trataba del rey Alfredo, muy querido, y que nunca se olvidó de ella que recibió sus cuidados hasta su muerte…

La historia que en realidad es una leyenda, sigue teniendo espiritual presencia en los ingleses… Significa el valor inglés para afrontar a los vikingos a quienes para finales del siglo dominaron pero bajo una condición: los vikingos se quedarían en la zona oriental, en paz y convertidos al cristianismo, pero con sus leyes y nombre: Danelaw… Es una historia imponente que se va creciendo en varios brazos en donde los vikingos llegaron dejando historia y sus genes que hoy, incluso, se riegan por transmisión hereditaria, en los Estados Unidos, hoy desunidos por Trump… Inglaterra era entonces la Anglia y sus reinos, varios y distintos… Hasta que el rey Edgard I los unió para siempre e hizo un imperio… Y como ya me alargué y es sábado botanil, estaremos entrándole a las bolitas de atún y camarones en chipotle y tortillitas de Lupita y “La Pancha” que se rifa y bien en eso de las tortillas… beberecua, como siempre, de todo… y ahí beberemos y enviaremos un saludo al amigo Jorge Aldrete Haas, en donde esté, que bien merecido tiene el afecto de tantos y tantas amigos y amigas que lo recordarán siempre… Y por lo pronto, me largo ya antes de quedarme sin bolitas… Arrivedercci.

Tutti frutti sabatini


A veces el vendedor de “libros de segunda”, suelen ser, de origen, buenos lectores y es como inician su negocio. A eso le debo poder contar en mi modesta biblioteca, la obra “Los Vikingos”, sin consignación de autor y en coedición de Editorial Alvon, de Medellín, Colombia y de Editorial Timun de Barcelona, España. El libro me lo obsequió Jorge de la familia Aldrete de todo mi respeto.

Interesante historia de ese pueblo guerrero, navegante, bárbaro e invasor de cepa… Los vikingos que asolaron Europa desde inicios del siglo IX a partir de su natal Dinamarca, regaron su sangre no solamente en batallas terribles, sino por su cruzamiento con mujeres de las diversas etnias de la época y a su paso… Los genes vikingos pueden encontrarse hoy en toda Europa, en Rusia donde pudiera distinguirse por su presencia Rushkie… pero también en Inglaterra, sobre todo en la zona de Wessex (oriente isleño), pero en otras partes como Alemania, Francia, Noruega, en fin… Pero volvamos a los vikingos del siglo IX… Aquí aparece una leyenda sencilla pero consistente… Un rey, Alfredo, huyendo de los vikingos, encontró en medio del territorio alejado de su reino, una choza… la penetró y nadie había… pero sí, el horno en donde se cocinaban unas tortas… mientras llegaba el o la propietaria de las tortas, lo durmió el cansancio y las tortas se quemaron… llegó una anciana que sin saber quién era el “visitante”, lo increpó con ira por no haber salvado las tortas… Con el tiempo, la anciana supo que se trataba del rey Alfredo, muy querido, y que nunca se olvidó de ella que recibió sus cuidados hasta su muerte…

La historia que en realidad es una leyenda, sigue teniendo espiritual presencia en los ingleses… Significa el valor inglés para afrontar a los vikingos a quienes para finales del siglo dominaron pero bajo una condición: los vikingos se quedarían en la zona oriental, en paz y convertidos al cristianismo, pero con sus leyes y nombre: Danelaw… Es una historia imponente que se va creciendo en varios brazos en donde los vikingos llegaron dejando historia y sus genes que hoy, incluso, se riegan por transmisión hereditaria, en los Estados Unidos, hoy desunidos por Trump… Inglaterra era entonces la Anglia y sus reinos, varios y distintos… Hasta que el rey Edgard I los unió para siempre e hizo un imperio… Y como ya me alargué y es sábado botanil, estaremos entrándole a las bolitas de atún y camarones en chipotle y tortillitas de Lupita y “La Pancha” que se rifa y bien en eso de las tortillas… beberecua, como siempre, de todo… y ahí beberemos y enviaremos un saludo al amigo Jorge Aldrete Haas, en donde esté, que bien merecido tiene el afecto de tantos y tantas amigos y amigas que lo recordarán siempre… Y por lo pronto, me largo ya antes de quedarme sin bolitas… Arrivedercci.