/ lunes 13 de julio de 2020

Violencia invisible

LA POLÍTICA DE LAS PERSONAS

Hoy cumplimos 2 años con este espacio, muchísimas gracias a todas las personas que semana tras semana han leído o escuchado ésta su columna “La política de las personas”, pero sobre todo muchísimas gracias a Organización Editorial Mexicana, específicamente su periódico La Voz de la Frontera por abrir sus puertas y darnos voz sin ataduras o restricciones.

En los últimos años, poco a poco hemos visto cómo más voces se han levantado y no nada más las que son para emitir opiniones acerca de la vida pública de nuestro país, sino las que son para denunciar los abusos y violencia que han vivido, aquellas que por años han tenido que permanecer calladas por falta de espacios en donde puedan ser escuchadas y comprendidas. A estas voces les debemos el mayor de nuestro respeto y contrario a ello, es común ver descalificaciones, prejuicios y de lo más preocupante, el fomento a la minimización del problema.

Nuestra prioridad como humanos debe ser proteger la integridad de millones de personas que viven diariamente un tipo de violencia o racismo. La violencia en sus diferentes manifestaciones sí existe y ha sido minimizada y querer minimizar e invisibilizar no soluciona el problema, sino todo lo contrario, lo normaliza y fomenta que siga sucediendo.

Se requiere mucho valor para denunciar un abuso y cuando por fin una persona se anima y lo manifiesta, lo menos que necesitamos es una sociedad que juzgue y desprestigie. Cada vez que escuchen o vean un activista o persona luchando por sus derechos o los derechos de otras, antes de emitir un prejuicio, primero pensemos y reflexionemos en lo que tuvo que ver o vivir para estar en el punto de tener que levantarse a exigir.

No podemos seguir ajenos a lo que sucede a nuestro alrededor. Tenemos que tener la capacidad de escuchar y abrazar los sentimientos o problemas de otros no necesariamente para convertirlo en nuestros, pero sí para trabajar en qué hacer para que ni una sola persona más pase por ellos.

La empatía es uno de los valores que más ha hecho falta en los últimos años y su ausencia ocasiona un quebrantamiento en la sociedad que detiene nuestro desarrollo e igualdad. El suicidio de las personas que han sido violentadas es una realidad y los número de casos siguen aumentando. ¿Cuántas vidas más nos va a costar el odio de comentarios insensibles?

Las redes sociales tanto nos han ayudado a comunicarnos, organizarnos y visibilizar muchas injusticias, como también se han vuelto un medio de violencia, un desahogo de emociones que sin un análisis y reflexión previa, pueden llegar a dañar o perjudicar más de lo que imaginamos. Debemos fomentar que la empatía y respeto a la dignidad de todas las personas vaya por delante antes de generar o emitir cualquier comentario. Debemos construir una sociedad en donde tengan cabida todas las voces y se respeten los derechos de todas las personas.

flores.aguirre@hotmail.com



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Hoy cumplimos 2 años con este espacio, muchísimas gracias a todas las personas que semana tras semana han leído o escuchado ésta su columna “La política de las personas”, pero sobre todo muchísimas gracias a Organización Editorial Mexicana, específicamente su periódico La Voz de la Frontera por abrir sus puertas y darnos voz sin ataduras o restricciones.

En los últimos años, poco a poco hemos visto cómo más voces se han levantado y no nada más las que son para emitir opiniones acerca de la vida pública de nuestro país, sino las que son para denunciar los abusos y violencia que han vivido, aquellas que por años han tenido que permanecer calladas por falta de espacios en donde puedan ser escuchadas y comprendidas. A estas voces les debemos el mayor de nuestro respeto y contrario a ello, es común ver descalificaciones, prejuicios y de lo más preocupante, el fomento a la minimización del problema.

Nuestra prioridad como humanos debe ser proteger la integridad de millones de personas que viven diariamente un tipo de violencia o racismo. La violencia en sus diferentes manifestaciones sí existe y ha sido minimizada y querer minimizar e invisibilizar no soluciona el problema, sino todo lo contrario, lo normaliza y fomenta que siga sucediendo.

Se requiere mucho valor para denunciar un abuso y cuando por fin una persona se anima y lo manifiesta, lo menos que necesitamos es una sociedad que juzgue y desprestigie. Cada vez que escuchen o vean un activista o persona luchando por sus derechos o los derechos de otras, antes de emitir un prejuicio, primero pensemos y reflexionemos en lo que tuvo que ver o vivir para estar en el punto de tener que levantarse a exigir.

No podemos seguir ajenos a lo que sucede a nuestro alrededor. Tenemos que tener la capacidad de escuchar y abrazar los sentimientos o problemas de otros no necesariamente para convertirlo en nuestros, pero sí para trabajar en qué hacer para que ni una sola persona más pase por ellos.

La empatía es uno de los valores que más ha hecho falta en los últimos años y su ausencia ocasiona un quebrantamiento en la sociedad que detiene nuestro desarrollo e igualdad. El suicidio de las personas que han sido violentadas es una realidad y los número de casos siguen aumentando. ¿Cuántas vidas más nos va a costar el odio de comentarios insensibles?

Las redes sociales tanto nos han ayudado a comunicarnos, organizarnos y visibilizar muchas injusticias, como también se han vuelto un medio de violencia, un desahogo de emociones que sin un análisis y reflexión previa, pueden llegar a dañar o perjudicar más de lo que imaginamos. Debemos fomentar que la empatía y respeto a la dignidad de todas las personas vaya por delante antes de generar o emitir cualquier comentario. Debemos construir una sociedad en donde tengan cabida todas las voces y se respeten los derechos de todas las personas.

flores.aguirre@hotmail.com



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