/ miércoles 7 de abril de 2021

Voto inútil

EL MURO

Invertimos mucho más tiempo en el proceso de decisión de compra de un pantalón nuevo, sobre todo si la transacción es online porque nuestro dinero está en juego. Por eso mismo debemos verificar la calidad, comparar precios, leer los comentarios de otros clientes, que el dedicado al momento de elegir a un candidato.

A diferencia de la compra, el ciudadano que vota no recibe nada tangible a cambio porque está legalmente penado, salvo la vaga promesa, la de siempre, de una vida mejor. En cambio el político triunfador se lleva todo: Mucho dinero en sueldo, relaciones que le permitirán hacer negocios en el futuro, protección de la justicia bajo la figura del fuero constitucional, reconocimiento social y el mejor: Estar libre de culpa ante los errores.

Si la mejora derivada del voto no es pareja, si solo beneficia a quien lo recibe, entonces el voto no sirve, es un voto inútil. Creer que no existe otro sistema para definir representantes, creer que no debe tocarse con el pétalo de una innovación y por lo tanto, debemos conformarnos con el actual, es una de las razones de la descomposición política. Y es que la participación ciudadana en procesos electorales es cada vez menor. Eso no es una interpretación sesgada de la realidad, lo dicen los registros y no hay razones para el optimismo en las votaciones de junio.

Un estadístico dijo alguna vez “en esencia todos los modelos están equivocados, pero algunos son útiles”. Proyectar con precisión matemática el comportamiento de la gente, es algo riesgoso porque las personas somos raras, lo hemos visto con el caso del Covid-19, pero si se hace a un lado la obsesiva búsqueda de la perfección, un modelo auxilia de menos, a darnos una idea libre de interpretaciones personales.

En ese sentido, la probabilidad (P) de que alguien acuda a votar será alta, sí y solo sí, el beneficio personal (B) es mayor que la suma del deber ciudadano (D) más el costo que implica acudir a la urna (C).

Si no habrá distribución equitativa de beneficios entre votante y votado, si de verdad buscan incrementar la participación, al menos deberían permitir votar a través de dispositivos móviles o ya de plano designar los gobernantes al azar tomando como opciones sorteables a toda la población mayor de edad. Esto último es algo que los griegos hacían miles de años atrás. Eso sí sería un sano ejercicio de democracia y además nos ahorraría mucho tiempo, dinero y esfuerzo.

vicmarcen09@gmail.com

EL MURO

Invertimos mucho más tiempo en el proceso de decisión de compra de un pantalón nuevo, sobre todo si la transacción es online porque nuestro dinero está en juego. Por eso mismo debemos verificar la calidad, comparar precios, leer los comentarios de otros clientes, que el dedicado al momento de elegir a un candidato.

A diferencia de la compra, el ciudadano que vota no recibe nada tangible a cambio porque está legalmente penado, salvo la vaga promesa, la de siempre, de una vida mejor. En cambio el político triunfador se lleva todo: Mucho dinero en sueldo, relaciones que le permitirán hacer negocios en el futuro, protección de la justicia bajo la figura del fuero constitucional, reconocimiento social y el mejor: Estar libre de culpa ante los errores.

Si la mejora derivada del voto no es pareja, si solo beneficia a quien lo recibe, entonces el voto no sirve, es un voto inútil. Creer que no existe otro sistema para definir representantes, creer que no debe tocarse con el pétalo de una innovación y por lo tanto, debemos conformarnos con el actual, es una de las razones de la descomposición política. Y es que la participación ciudadana en procesos electorales es cada vez menor. Eso no es una interpretación sesgada de la realidad, lo dicen los registros y no hay razones para el optimismo en las votaciones de junio.

Un estadístico dijo alguna vez “en esencia todos los modelos están equivocados, pero algunos son útiles”. Proyectar con precisión matemática el comportamiento de la gente, es algo riesgoso porque las personas somos raras, lo hemos visto con el caso del Covid-19, pero si se hace a un lado la obsesiva búsqueda de la perfección, un modelo auxilia de menos, a darnos una idea libre de interpretaciones personales.

En ese sentido, la probabilidad (P) de que alguien acuda a votar será alta, sí y solo sí, el beneficio personal (B) es mayor que la suma del deber ciudadano (D) más el costo que implica acudir a la urna (C).

Si no habrá distribución equitativa de beneficios entre votante y votado, si de verdad buscan incrementar la participación, al menos deberían permitir votar a través de dispositivos móviles o ya de plano designar los gobernantes al azar tomando como opciones sorteables a toda la población mayor de edad. Esto último es algo que los griegos hacían miles de años atrás. Eso sí sería un sano ejercicio de democracia y además nos ahorraría mucho tiempo, dinero y esfuerzo.

vicmarcen09@gmail.com