/ jueves 31 de enero de 2019

Y a tu mejor amigo, ¿cómo lo tratas?...

Quo Vadis



En el paseo rutinario que doy a mis dos amigos caninos, observo los maltratos a que son sometidos muchos inocentes e indefensos perros, como mantenerlos encerrados, amarrados y, en no pocos casos, desplegándose en espacios cortos y en medio de sus heces…sin agua limpia, sin resguardo del frío, calor o lluvia, sentenciados a una muerte lenta y en no pocos casos dolorosa.

Esas personas son, por decirlo de alguna manera, de violencia pasiva, porque hay otras que por sus reprobables e injustificables acciones contra animales domésticos o en su hábitat pasan a ser, si bien les va, repudiados por la sociedad y no pocos alcanzados por la misma para hacerlos pagar por actos realmente inhumanos…despreciables y condenables.

En fin y como lo he compartido en otras ocasiones en este tema del maltrato hacia los animales, quien protagoniza estos hechos merece castigo (no sanción) y corresponde en primera instancia a las autoridades municipales tomar cartas en el asunto y a nosotros, los ciudadanos, denunciar hasta que se corrijan las anomalías. También hay que tener presente que quienes maltratan con crueldad a los animales está científica y clínicamente comprobado que así lo hará más temprano que tarde con un humano. Así que si usted convive con alguien que maltrata al perro, gato, aves o cualquier otro animal en el hogar, en la calle o en donde sea, cuídese y trate de asesorar a esa persona antes que haga daño irreparable.

Por otra parte, habrá que ver cómo le hará el presidente López Obrador para cumplir sus compromisos para la defensa de los animales. Por ejemplo, trasciende que en su campaña por la Presidencia de México ofreció cuatro compromisos para hacer justicia a los animales:

Primero: Crear Centros de Adopción y Bienestar de los animales en vez de antirrábicos que son verdaderos espacios de exterminio. La idea es procurar servicios de salud a animales domésticos con costos al alcance del ingreso familiar. También está el compromiso de realizar jornadas nacionales de esterilización, de adopción, cursos y talleres sin costo para que los propietarios sepan realmente cómo cuidar a sus mascotas…y hasta ahí según la nota informativa.

Por lo pronto, ya se presentó una iniciativa en el Congreso de la Unión el pasado 17 de noviembre a través de la diputada federal perredista Frida Alejandra Esparza Márquez para incluir el maltrato animal en el Código Penal Federal y castigarlo con penas de 3 a 5 años de prisión…pero no hay que confiar en ello, la propuesta puede quedar “congelada” porque hay y/o vendrán otras prioridades para los ilustres legisladores federales.

Mientras tanto, todos debemos incorporarnos en la responsabilidad social para procurar por el trato digno a los animales (TODOS). No es posible que sigan ocurriendo casos y hechos sin sanción porque si hoy no le importa el maltrato y crueldad a la mascota de casa, al animal que se sacrifica para consumo humano o al que anda libre, pues qué puede preocuparle la seguridad propia y de sus seres queridos. Mejor siga literalmente “viviendo y durmiendo” -quizá- con un potencial monstruo. ¿O no?

Quo Vadis



En el paseo rutinario que doy a mis dos amigos caninos, observo los maltratos a que son sometidos muchos inocentes e indefensos perros, como mantenerlos encerrados, amarrados y, en no pocos casos, desplegándose en espacios cortos y en medio de sus heces…sin agua limpia, sin resguardo del frío, calor o lluvia, sentenciados a una muerte lenta y en no pocos casos dolorosa.

Esas personas son, por decirlo de alguna manera, de violencia pasiva, porque hay otras que por sus reprobables e injustificables acciones contra animales domésticos o en su hábitat pasan a ser, si bien les va, repudiados por la sociedad y no pocos alcanzados por la misma para hacerlos pagar por actos realmente inhumanos…despreciables y condenables.

En fin y como lo he compartido en otras ocasiones en este tema del maltrato hacia los animales, quien protagoniza estos hechos merece castigo (no sanción) y corresponde en primera instancia a las autoridades municipales tomar cartas en el asunto y a nosotros, los ciudadanos, denunciar hasta que se corrijan las anomalías. También hay que tener presente que quienes maltratan con crueldad a los animales está científica y clínicamente comprobado que así lo hará más temprano que tarde con un humano. Así que si usted convive con alguien que maltrata al perro, gato, aves o cualquier otro animal en el hogar, en la calle o en donde sea, cuídese y trate de asesorar a esa persona antes que haga daño irreparable.

Por otra parte, habrá que ver cómo le hará el presidente López Obrador para cumplir sus compromisos para la defensa de los animales. Por ejemplo, trasciende que en su campaña por la Presidencia de México ofreció cuatro compromisos para hacer justicia a los animales:

Primero: Crear Centros de Adopción y Bienestar de los animales en vez de antirrábicos que son verdaderos espacios de exterminio. La idea es procurar servicios de salud a animales domésticos con costos al alcance del ingreso familiar. También está el compromiso de realizar jornadas nacionales de esterilización, de adopción, cursos y talleres sin costo para que los propietarios sepan realmente cómo cuidar a sus mascotas…y hasta ahí según la nota informativa.

Por lo pronto, ya se presentó una iniciativa en el Congreso de la Unión el pasado 17 de noviembre a través de la diputada federal perredista Frida Alejandra Esparza Márquez para incluir el maltrato animal en el Código Penal Federal y castigarlo con penas de 3 a 5 años de prisión…pero no hay que confiar en ello, la propuesta puede quedar “congelada” porque hay y/o vendrán otras prioridades para los ilustres legisladores federales.

Mientras tanto, todos debemos incorporarnos en la responsabilidad social para procurar por el trato digno a los animales (TODOS). No es posible que sigan ocurriendo casos y hechos sin sanción porque si hoy no le importa el maltrato y crueldad a la mascota de casa, al animal que se sacrifica para consumo humano o al que anda libre, pues qué puede preocuparle la seguridad propia y de sus seres queridos. Mejor siga literalmente “viviendo y durmiendo” -quizá- con un potencial monstruo. ¿O no?