LA POLITICA DE LAS PERSONAS
El INAI, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, se puso de pie, hizo frente al Presidente y nos defendió a las personas. Es importante destacarlo porque para eso están las instituciones, no para rendir pleitesías al gobierno, sino para defender y garantizar los derechos de las personas sin importar quién esté sentado en la silla.
Hace unos días presentó una controversia constitucional ante el famoso “decretazo”, el acuerdo que el Presidente hizo para que toda obra pública se considere “de interés público y seguridad nacional”.
La controversia constitucional en pocas palabras es un juicio ante la Suprema Corte por en este caso la violación a la Constitución federal y que lo pueden hacer entre poderes, organismos y otros, como en este caso entre el INAI hacia el gobierno federal, queriendo decir que es una gran herramienta de contrapeso y de defensa a las personas cuando se quiere atentar contra nuestros derechos.
Se pudo presentar la controversia constitucional porque como bien sabemos y como bien nos dice la Ley de Transparencia, el querer considerar las obras públicas “de interés público y seguridad nacional” significa que las personas no podamos preguntar por información acerca de quién las está realizando, cuánto han costado, si cumplían con los requisitos para realizarlas, etc., significando que se atenta contra nuestro derecho a la información que lo marca nuestra Constitución.
En próximos días la Suprema Corte definirá si sí existe un acto de inconstitucionalidad o no, que sí lo hay, para así poder dar reversa al “decretazo” y que ni siquiera les vuelva a pasar por la mente el querer privarnos de la información que nos pertenece a todas.
Como lo podemos ver con este ejemplo, las instituciones, los organismos autónomos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación juegan un rol fundamental en que no impere el abuso de poder, por ello se le da tanta importancia cuando se pretende atentar contra los mismos, ya sea queriendo poner a modo a los titulares, queriendo desprestigiarlos como si no sirvieran, o bien, ahogándolos recortando al máximo su presupuesto.
Cuidado con aquellos que en su discurso y acciones van en contra de nuestras instituciones, porque en realidad van en contra de las personas. No es lo mismo señalar lo que está mal y fortalecerlas para que ya no se repita, a querer desaparecerlas, porque eso es buscar un abuso de poder disfrazado, que se vuelve muchísimo peor de todo aquello que han criticado y del que poco podremos volver atrás si dejamos que suceda.
