Un momento importante se llevó a cabo dentro de la solmene ceremonia de ordenación sacerdotal de quienes alimentarán el alma de la comunidad por medio de su vocación sacerdotal, realizando con el ejemplo de la fe y vida.
La solmene ceremonia se desarrolló en Catedral Nuestra Señora de Guadalupe, dirigida por el obispo José Isidro Guerrero Macías, quien recibió con los brazos abiertos a Héctor Díaz Colio y Luis Rivas, quienes desde ese día se comprometieron ante el llamado de Jesús.
Este sacramento se confiere a aquellos que, habiendo recibido el llamado de Dios y luego de haber discernido su vocación al misterio sacerdotal, son considerados idóneos para el ejercicio de éste y son ordenados por el obispo diocesano, en compañía de sus familiares y seres queridos en la ceremonia impregnada de simbolismo, tradición y oración.
Un momento muy especial fue cuando los parientes escucharon a los ordenados jurar obediencia al Obispo y verlos recibir el rito esencial de la imposición de manos y la lectura de la oración de consagración.