En los juegos de la Liga Amateur de Beisbol un nuevo platillo rompe con el menú tradicional de la pelota en Mexicali, son arepas, un platillo típico de Venezuela que irrumpe cada domingo en los juegos del deporte rey.
Las arepas son para los venezolanos lo que los tacos para los mexicanos. Consiste en unas “bolitas” de harina que se asan en una plancha de barro conocida como “aripo” y de ahí obtuvieron su nombre.
Son el acompañante de los platos principales en Venezuela y también se disfrutan rellenas de todo tipo de guisos.
Las arepas también son parte del argot beisbolero en su país de origen. El término aplica cuando un equipo no logra anotar ni una sola carrera durante el juego.
Maritza Rodríguez es madre del pelotero Edgar Trejo, primera base de la selección de la Liga Amateur, quien desde hace unos años radica en la ciudad luego de un paso por la pelota profesional.
Él salió a los 16 años de su casa en Valencia, Venezuela, firmado por la organización de los Cerveceros de Milwaukee. Tuvo un paso por las Ligas Menores en Helena, Montana; Wisconsin y finalmente en Arizona.
Su sueño de debutar en las Grandes Ligas no llegó, pero el destino lo trajo a Baja California para jugar en la Liga Norte de México. Anduvo con Marineros, Centinelas y Algodoneros.
Apenas en noviembre pasado, el 26 para ser exactos, Maritza llegó a Mexicali, impulsada por la situación que vive su país y para reunirse con su hijo a quien no veía desde hace más de 2 años.
“Me trajo un poco la situación y también que tenía 2 años y pico que no veía a mi hijo”, dijo Maritza, quien se tiene que levantar a las 04:00 horas a preparar arepas y estar antes de las 09:00 en el campo Ferrocarril.
Pero la venta de arepas no es algo nuevo para Maritza. A eso se dedicó hace algunos años.
“Mientras mi hijo jugaba al beisbol en Venezuela, yo siempre he vendido, cuando él estaba pequeño yo vendía en el campo deportivo donde se inició, después llegué a montar mi negocio de desayunos y con la situación del país lo cerré”.
La escasez de harina y otros insumos que necesitaba para poder cocinar la orillaron a dejar el negocio y esas mismas situaciones la condujeron a dejar el país. Años después ha vuelto a algo que parecía había quedado atrás en su vida.
“Pues aquí hay de todo y puedo hacerlas, estoy viniendo a los juegos y viviendo aquella época que ya la había cerrado, la estoy volviendo a vivir aquí en Mexicali”.
El sueño del beisbol los separó por unos años, pero el destino se encargó de ponerlos de nueva cuenta en el mismo lugar y ligados a un diamante. En diciembre pasado disfrutaron con familias de Mexicali de la Navidad y Año Nuevo.
“Yo estoy muy agradecido con esta gente, me han tratado como un hijo, como si hubiera nacido aquí yo”, dijo Edgar Trejo.
Esta ciudad, una nueva forma de vida a kilómetros de la que fue su casa por tantos años, se convierte poco a poco en su nuevo hogar.
“Las familias aquí nos han tratado muy bien y ya que me quedo yo también”, dice Maritza entre risas. Abraza a su hijo y juntos recogen las cosas en las que llevaron las arepas para la venta del día.