Después de su primera experiencia como entrenador en una competencia de Juegos Olímpicos, Paulo Salas, entrenador de aguas abiertas, ha regresado a casa y tiene muy claro que uno de sus principales objetivos en el futuro cercano es llegar a Los Ángeles 2028.
“Fue una experiencia única; es algo que todos los entrenadores queremos vivir alguna vez en nuestra carrera deportiva. Se nos dio la oportunidad de estar ahí y volvimos con muchas ganas de seguir en este nivel”, comentó.
El estratega de Baja California y de México hizo realidad su sueño al trabajar con la nadadora Martha Sandoval en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde se ubicó entre las 20 mejores del mundo.
Antes de la competencia oficial en el río Sena, señaló que se trató de un trabajo arduo y extenuante, con dobles sesiones diarias, trabajo en la alberca y entrenamiento físico durante dos meses, en los que también aprovechó para observar de cerca las diferentes formas de preparación de otros atletas.
“Entrenamos junto a medallistas olímpicos y campeones mundiales; hubo una interacción con ellos porque iban al mismo gimnasio, nadaban en la misma alberca, y podía observar cómo se preparaban, cómo entrenaban, cómo estructuraban todo su esquema de trabajo. Fue algo muy satisfactorio, un ejemplo a seguir para continuar trabajando”, dijo.
Para Paulo, los Juegos Olímpicos son una experiencia que, además de ofrecer la oportunidad de coincidir con los mejores atletas del mundo, deja muchas enseñanzas y motiva a mejorar en el ámbito deportivo profesional.
“Creo que estar ahí es indescriptible; estar junto a los mejores del mundo, comer a su lado, viajar en el mismo camión, verlos competir y observar cómo se preparan es algo único. Es una experiencia muy profesional que motiva a mejorar”.
Además, no descartó la posibilidad de participar en una justa olímpica en los próximos cuatro años, cuando ésta se celebre en Los Ángeles, California.