Cuando Dio Alberto Murillo Rogers aceptó la invitación de ser el presidente del club Águilas de Mexicali, pensó que sería una tarea fácil. A 25 años de distancia, el panorama es otro y los aprendizajes lo han llevado a definir el rumbo de la organización en una cambiante industria.
En su oficina de Fetasa, la empresa familiar que le ayudó para entrar al mundo del beisbol, existen objetos relacionados a sus grandes pasiones: la familia, el beisbol y los caballos.
El empresario que en 1996 ya era parte de los socios del equipo, recibió la invitación por parte de Mario Hernández Maytorena y Rigoberto Cárdenas para convertirse en presidente del club, una función con la que este 22 de junio cumplirá 25 años a su cargo.
“Es toda una vida de mucho gusto”, dijo en entrevista, “llena de alegría, altas y bajas, pero sobretodo con mucho gusto, cosas muy placenteras y ha sido una vida muy bonita, a mis hijos los agarró muy pequeños y crecieron con eso, la unión familiar ha sido clave”.
Después de realizar un viaje a la ciudad de Monterrey en donde consultó la idea de convertirse en presidente del equipo con su padre y también con su familia, Dio Murillo aceptó una semana después.
“Los primeros retos era modernizar el estadio, no era apto para vivir las emociones de ese espectáculo y en segunda que se convirtiera en un evento familiar”, comentó.
Eso sucedió hasta mediados de la primera década de este milenio y fue la puerta de entrada para que Mexicali tuviera en 2009 la Serie del Caribe. Antes había llegado el tercer campeonato del equipo en la Liga Mexicana del Pacífico.
“Pensé que era muy fácil esto y no es así, lograr un campeonato es de muchos retos, estuvimos cerca y hasta ahora hace cuatro años lo logramos de nuevo”.
Pero entre todos los retos en los que se ha topado al frente de la organización, hay uno en específico: la pandemia de coronavirus en 2020.
“La pandemia ha sido un gran reto, queríamos tener la temporada, algunos presidentes no estaban convencidos, se vinieron otros retos para mantener la comunicación con nuestra afición”.
Para Murillo, no puede existir un escenario similar al vivido el año pasado, por lo que la visión se mantiene intacta, volver a reunir a los aficionados, una de las filosofías de la organización.
“Ver a las familias juntas es algo muy bonito, cuando se logran campeonatos es algo maravilloso, pero son producto de muchas cosas; sin embargo, ver en el estadio a familias y amigos, eso me llena de orgullo, esa es nuestra misión y visión”.
La palabra familia, es más que un concepto dentro de la organización. “Es indispensable la familia, si tu quieres tener una mejor comunidad, vete a la familia. Te vas a exigir más, vas a buscar algo mejor, entonces la familia es clave en todo esto”.
Después de 25 años al frente del equipo, aún existen retos por venir entre ellos, volver a albergar una Serie del Caribe, posiblemente en 2024, y tener uno de los mejores estadios de México.