El amor platónico (o imposible, en el argot popular) es un esfuerzo por conocer y contemplar la belleza en sí; de esta idealización nos basamos para construir nuestro concepto de lo bello.
¿Quién mejor que la comunidad artística mexicalense para impulsar esta conversación en el mes del amor y la amistad?
Así opinó Rosa Espinoza, editora en jefe de Pinos Alados, quien trasladó sus conversatorios a la Teleaula del Centro Estatal de las Artes (Ceart) Mexicali.
Éstos se celebrarán cada martes a las 19:30 horas e incluirán a exponentes del arte local que, gracias a sus visiones dispares del mundo, ofrecen interesantes puntos de partida para charlar. La dinámica contempla además la participación del público.
En la edición del 18 de febrero tocó el turno de la artista plástica Ale Librada y la escritora Elma Correa.
ESTRUCTURA E IRREVERENCIA
Elma Correa, autora de la antología "Que parezca un accidente" de Editorial Nitro Press y coordinadora del evento "Tiempo de literatura", arrancó la conversación con su característico humor, sin importar que tratara temas sumamente personales.
Sobre el concepto de amores platónicos, Correa enfatizó su "crush" por el trompetista francés, Boris Vian, cuya esposa lo abandonó tras un amorío con el filósofo Jean-Paul Sartre. También observó lo romántico que le parecía que este músico creara un seudónimo americano para sus novelas y se presentara solo como el traductor de éstas.
La artista plástica, Ale Librada, equilibró la charla con una presentación audiovisual y gracias a ella redescubrió sus influencias como artista, comenzando con una famosa fotografía de Juan Gabriel.
Siguieron otras influencias como la revista juvenil "ERES", el canal MTV y el anime, en particular la serie infantil “Pizza Gatos Samurai” y la aclamada película “Ghost in the shell”.
Expresó además su intensa fascinación por Graham Coxon, guitarrista de la banda Blur, así como Félix González-Torres, artista plástico cubano cuyas piezas experimentales sobre la pérdida de su amante por VIH-SIDA la llevaron a reconsiderar el arte más allá de lo estético.
Al final, público y expositoras descubrieron que los amores platónicos funcionan como un compás para nuestra identidad. Por eso, después de casi una hora y media de risas y silencios introspectivos, Correa dijo: "Mis amores platónicos son la gente que me construye".