En su primer día en la universidad, Valeria pasó dos horas soportando los golpes que su compañera sentada detrás de ella le daba al mesabanco; su primera impresión es que lo hacía para molestarla o bromear pero por su mente jamás pasó que podía ser una persona con Síndrome de Tourette.
Se trata de un trastorno neurológico que se caracteriza precisamente por provocar movimientos o sonidos repetitivos y sin poder controlarlos.
Aquella persona era Celeste quien desde los 10 años de edad supo que en su cuerpo ocurría algo pero no sabía describirlo, de lo único que estaba consciente era que tenía movimientos o reacciones que se presentaban sin que ella pudiera controlarlo.
Por sus propios medios investigó y encontró que cumplía con las características de este síndrome que además puede ser acompañado de otros como la hiperactividad, trastorno impulsivo compulsivo, depresión y déficit de atención, entre otros.
Yo comencé con tics faciales, un parpadeo y un carraspeo, pero en un año desaparecieron y cuando cumplí los once años volvieron a aparecer pero con más intensidad
Hoy, Celeste tiene 31 años de edad y más de 21 con los síntomas del Tourette, es madre de familia y también profesionista en el campo de las Ciencias de la Comunicación.
Es cansado, termino agotada porque no puedes evitar estar moviéndote todo el día, mueves los pies, manos o cabeza, en mi caso también me golpeo el pecho, en el estómago, las piernas y a veces me he golpeado hasta en la cara con el puño, es inconsciente
En algún momento se pensó que Celeste padecía violencia doméstica, sin embargo las marcas en su rostro se las provocó ella misma en una crisis del síndrome.
“MÁS QUE MOVIMIENTOS”
Hoy, Valeria y Celeste son amigas y han emprendido juntas un proyecto encaminado a visibilizar y concientizar a la población sobre este síndrome.
Juntas formalizaron la organización “Más Que Movimientos Mxli”, que les ha permitido entrar en contacto con especialistas de otras partes del mundo además de evidenciar que en Baja California y el resto de México el Síndrome de Tourette es prácticamente invisible.
Valeria ha aprendido no solo del tema sino de la forma en que debe tratarse a quienes lo portan.
Son personas iguales a nosotros, el hecho de que tengan un trastorno no los hace diferente a nosotros
El proyecto comenzó con una tarea escolar y luego tras difundirlos en algunos medios de comunicación fue cobrando fuerza hasta formalizarse como un medio para difundir información del tema.
A futuro, Celeste y Valeria esperan trabajar dentro de las escuelas para ayudar a humanizar el trato hacia quienes portan el Síndrome de Tourette.