Aunque hay quienes consideran que el complejo penitenciario de El Hongo, no contribuye a la economía local, otros piensan lo contrario, incluso, hay quienes lo ven como un atractivo para la comunidad
EL HONGO: Nombrado así por una piedra en forma de champiñón, el poblado El Hongo vio una intensa actividad cuando en el 2002 abrió sus puertas el penal del mismo nombre, sin embargo, y aunque al principio hubo un tanto de incertidumbre, ahora a los pobladores no les preocupa, porque consideran a este Cereso como bastante seguro.
El Hongo es una comunidad más grande de lo que aparenta, con cerca de 7 mil habitantes, supera en mucho al poblado vecino, La Rumorosa, que se encuentra a aproximadamente 20 minutos al Oriente. A pesar de no contar con una actividad económica preponderante, esta comunidad ha sobrevivido por los últimos 70 años.
Sobre la carretera libre La Rumorosa Tecate, se puede apreciar a lo lejos el enorme complejo penitenciario dividido en 3 secciones. Dicen que el penal como tal, no contribuye en gran medida a la economía del poblado, ya que este Cereso es casi una ciudad como tal, autosustentable.
Sin embargo, hay quienes dicen que al menos el 40% de la actividad económica del poblado es directamente del complejo penitenciario, ya que mucha gente de El Hongo trabaja ahí. El 30% depende de la actividad comercial, y el otro 30% trabaja en las maquiladoras de Tecate, que se encuentra como a media hora de camino hacia el Poniente.
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Opiniones
Lety, propietaria de una taquería que lleva su mismo nombre y que se encuentra sobre la carretera libre, llegó hace 20 años al poblado, proveniente del ejido Cucapah Indígena del valle de Mexicali, debido a que aquí podían vender más pacas de alfalfa a los rancheros de la región. Considera que el penal no ha contribuido a la economía, pero tampoco la ha perjudicado. Dicen que se siente tranquila, ya que no se ha suscitado ningún conflicto en el penal, por lo que se siente bastante segura.
José Barba, propietario de una miscelánea, comentó que nunca ha habido ningún contratiempo ni amenaza, es bastante seguro. Considera que el penal contribuye en un 40% a la economía local, ya que hay varios residentes que trabajan ahí, además de que representa una atracción para algunas personas, algunos de ellos visitan a sus parientes que se encuentran internados en el Cereso y otros para conocer el área, se quedan en el hotel, comen en los restaurantes y consumen en los negocios locales, expuso.
Pablo Ramos es un ex interno del Cereso de El Hongo II, donde pasó el último año de su sentencia. Dijo que las condiciones y el trato son mucho mejores en El Hongo II que en el penal de La Mesa, que se encuentra en Tijuana. Proveniente de Tabasco, se ha establecido en el poblado y ahora ya ha conseguido empleo como chofer de este novedoso y llamativo medio de transporte.
Maneja un triciclo, un sistema de transporte muy común en países asiáticos pero novedoso en esta región, el cual se introdujo hace aproximadamente un mes en el poblado, esto, por la visión de un empresario de Tijuana, que vio la necesidad de la gente, de transportarse de un punto a otro dentro de El Hongo, ya que las distancias no son tan cortas como puede parecer y mucha gente no tiene carro.
Principalmente transporta a jóvenes que salen de la escuela y personas de la tercera edad, a quienes les cobra 10 pesos por viaje. Considera que el penal ni les perjudica ni les beneficia, “el penal es el penal”, comentó. Hasta el momento solo sabe de él y si acaso otro ex privado de la libertad, se han quedado a vivir en el poblado.
