El estilista canino acusado por una familia de ser responsable de la fractura de mandíbula de un perro que atendió para baño y corte de pelo negó que no estuvieran dispuesto a afrontar los costos por la lesión del can.
Jacobo, el estilista señalado por presunta negligencia después de que un can llamado Wally terminó con dicha fractura, insistió en que el mismo can mordió una cadena con la que se trabaja mientras se realiza la atención del perro.
Según el estilista, primero el perro Shih Tzu perdió un diente y hasta unos momentos después se percató de la lesión de la mandíbula, sin embargo, de acuerdo a lo que le comentó el veterinario que le dio la atención inmediata a la lesión, fue que esto se derivó de que el can tiene una enfermedad en las encías.
“Yo lo estaba trabajando, no me alcancé a percatar cuando tira la mordida hasta se le cae un diente y en un perro viejo es algo que nos ha tocado vivirlo, no es una experiencia nueva.
“Yo lo chequé de primera instancia, lo reviso, paro el sangrado y lo paso al área del baño, cuando lo están trabajando y secando me dicen que no se le seca el área de la cara, lo reviso de nuevo y lo mandó inmediatamente con el doctor, porque noto que era algo diferente”, aclaró.
“El doctor le diagnostica una fractura respecto a los dientes; el problema, dice, es que el perro por su mismo sarro que tiene los dientes se le va pudiendo hasta la encía, el músculo y todo y es así como la mandíbula se vuelve frágil, eso es a mí lo que el médico me dice.
“Por eso con una mordida simple como a la cadena le pasa la fractura, para cuando el cliente llega ya el médico lo había atendido, no esperamos tiempo, fue inmediato”, expresó.
Jacobo también puntualizó que el motivo por el que se entregó el can con un bozal, fue debido a que buscaban que Wally inmovilizara su mandíbula.
“Nosotros nunca nos negamos a la cirugía, el detalle es que primero había que acabar con el problema infeccioso para poder darle seguimiento a lo que era la fractura”.
Incluso, en la primera ocasión que la familia de Wally buscó una segunda opinión respecto a la lesión, el spa canino del que es dueño absorbió el costo de la consulta, que fueron 900 pesos.
El estilista mencionó que derivado de este incidente ha sido víctima de un linchamiento en redes sociales, lo cual ha terminado en amenazas virtuales y también de manera presencial, como ocurrió después de que la familia de Wally buscara una segunda opinión.
Al día siguiente de que pasó el incidente la dueña de Wally se mostró con una actitud hostil hacia él e incluso sus compañeros de trabajo, por lo que considera que sólo buscan afectar a su negocio.
“Fue un accidente, no fue algo que nosotros queríamos, lamentamos el accidente de Wally, la verdad es que nosotros tenemos el amor por los perros”.
