Para la psicóloga y experta en el autismo, Iliana Rivas Ahumada, falta que la sociedad muestre una verdadera empatía hacia las personas que cuentan con un trastorno del espectro autista (TEA), así como a sus familias, pues cierta parte de la población desconoce sobre el tema y algunos a pesar de tener nociones de él, juzgan a las familias que deben de afrontarlo de primera mano.
Rivas, quien lleva 29 años especializándose en la atención a niños y adultos autistas, consideró que es necesario que la población se sensibilice sobre este trastorno, toda vez que de manera física no hay manera evidente de diferenciar a alguien que lo tiene que de alguien que no, a diferencia de otro tipo de diagnósticos como el Síndrome de Down, aunque este último se conoce que es de carácter genético.
Es importante que la población se informe sobre cuales son las características de una persona con autismo y los tres grados en los que se evalúa que tan severo es el trastorno, lo cual le permitiría a la gente inferir que alguien que manifiesta una ausencia de un buen manejo del lenguaje y comunicación, que además pareciera estar distraída y que en general tienen un comportamiento atípico, podría ser autista.
“Cuando nos percatemos de estos comportamientos, debemos de ser empáticos”.
La también activista en autismo comentó que es necesario ponerse en el lugar de quien tiene el trastorno y de la familia, pues en vez de juzgarla y opinar, debería ayudarles y ser empáticos en situaciones que pueden ocurrir tanto espacios privados, como públicos.
Los autistas pueden ser discriminados por sus comportamientos, lo cual sobre todo suele ocurrir en lugares como cines, centros comerciales y restaurantes, advirtió.
La situación empeora cuando tiene una mayor edad el autista, pues la gente al considerarlos físicamente maduros, no percibe de la misma manera los comportamientos y actitudes atípicas en menores, que en adolescentes o adultos.
“La gente no va a entender porque no sabe cuales son las características del autismo”.
El reto con la pandemia
Para Rivas, quien también es directora de Jardín Interior Centro Especializado en Autismo, tras la pandemia del Covid-19, ha ajustado la terapia que ofrecía a sus alumnos, en donde transicionó de una atención presencial, a una atención en línea.
Desde el 17 de marzo de 2020 por las instrucciones de las autoridades, en el centro buscaron cómo seguir atendiendo a sus pacientes, por lo que ahora lo realizan mediante distintas plataformas digitales.
La atención en línea de las personas con trastorno del espectro autista es necesario que se atienda a lo largo de la vida de quien lo padece, afirmó, aunque también reconoció que es más difícil lograr un aprendizaje significativo utilizando la modalidad virtual.
Para los autistas, dijo que es muy importante la atención presencial, pues de manera virtual es más complicado redirigir la poca atención que pueden tenerle al terapeuta.
La humanidad en general nunca antes había vivido una emergencia sanitaria como ahora se está viviendo, sin embargo para Rivas, las reuniones virtuales pueden llegar a funcionar en ambientes de negocios y administrativos, más no con la misma efectividad en el área educativa y mucho menos en el área de educación especial.
Con ellos, es una lucha redirigir la atención de las personas con TEA. Estando con ellos de manera presencial permite hacer ejercicios, utilizar los materiales, percibirlos sensorialmente y repetir sonidos, lo cual no se aprende de la misma manera mediante las plataformas en línea.
El papel que ha asumido los terapeutas con la pandemia, dijo que es ayudar a los padres de familia a enseñarles a ser el terapeuta o maestro de sus propios hijos, ya que antes podían simplemente dejar a sus hijos en el centro y regresar por ellos más tarde, pero ahora ellos deben de involucrarse y ayudarles a recibir la terapia de manera virtual.
“Parte del trabajo como psicóloga y terapeuta es capacitar a los padres para que ellos conozcan como pueden ayudar a su hijo a darle terapia, no solamente que dependan de nosotros los terapeutas como lo hicieron antes de la pandemia”.
Las características
La también psicóloga explicó que se nace con el TEA, y que se pueden empezar a notar entre los 18 y 36 meses de edad sus características, recordando que este padecimiento lo tendrá la persona a lo largo de su vida, el cual se trata de un trastorno del neurodesarollo del cual hasta el momento se desconoce su origen.
El TEA puede manifestarse en tres grados, siendo el grado 1 el autismo leve, con el cual la persona necesita poca ayuda para realizar actividades. El grado 2 es un grado moderado, en el cual la persona necesita más ayuda que las del grado 1 para realizar actividades. En cambio, el grado 3 es la forma más severa del TEA en el que la persona necesita ayuda todo el tiempo.
Puntualizó que las personas con el grado 1 de autismo han sido las más afectadas por la pandemia, ya que son las que están más conscientes de su entorno, por lo que la situación de Covid-19 les ha generado ansiedad y depresión.
“Tienen mayor facilidad en el área de lenguaje, en la comunicación y en el aprendizaje, entonces perciben más lo que está pasando y se ponen ansiosos, les da miedo qué está pasando con el Covid-19 y parte de la terapia es informarlos, redirigirlos y tranquilizarlos también, para que sobrepasen lo que es este momento que está viviendo toda la humanidad”.
Algunos de los comportamientos que caracterizan a la población autista, es tenerle miedo a los sonidos estruendosos, mencionó. Ellos se sienten incómodos en espacios concurridos como plazas comerciales e incluso los cines, por lo que se tapan los oídos para evitar escuchar esos estímulos.
“Si mira que camina de puntitas, corre en círculos, aletea los brazos, no responde por su nombre, se queda mirando a un lugar sin razón aparente, no sigue instrucciones, hace berrinches y tiene trastorno del sueño, estos son focos rojos, por lo que debe buscar a un psicólogo especialista en el área del autismo para que se valore y se lleve un tratamiento personalizado”.
