A consecuencia de que las televisiones y monitores están construidos con componentes peligrosos y materiales pesados, estos desechos deben ser descartados de una manera especial por empresas que se especializan en el manejo de estos residuos, sin embargo, no existe una opción para disponer de ellos de manera correcta en la entidad.
Myriam Serra Castellanos, presidenta de la agrupación ambientalista Fundación Hélice, explicó que la asociación civil que representa maneja un programa especial para recibir aparatos eléctricos y electrónicos en desuso, sin embargo, no puede recibir las pantallas de televisión y monitores, pues el descarte de estos tiene un costo más alto.
Para la disposición de los televisores, dijo que estos deben ser tratados por empresas especializadas en la materia ya que requieren un manejo distinto, puesto que contienen metales pesados y que al ser desechados de manera incorrecta, generan una mayor contaminación al ambiente y de manera consecuente, afectaciones a la salud.
Por ejemplo, los televisores contienen vidrio plomado, plástico y también arsénico, por lo cual debe de aplicarse un manejo especial para su descarte.
La afectación
Si se queman las televisiones, las emisiones que estos aparatos desprendan, generarán un impacto directo a la calidad del aire y a la contaminación. En cambio, si se desechan en algún basurero a cielo abierto o en los rellenos sanitarios, esto afecta a los mantos acuíferos, lo cual también deriva en una afectación a la tierra.
“Afecta al agua que nosotros consumimos, que va a los procesos con los que se riegan nuestros alimentos, además agravados al combinarse con otros metales en el mismo relleno, están multiplicando el índice de contaminación y eso afecta a la salud”.
La solución
Lo ideal, comentó Serra Castellanos, sería que los gobiernos ofrecieran una opción para el descarte de estos aparatos de una manera similar a la que se realizan jornadas de acopio de muebles viejos, a los cuales la ciudadanía suele responder.
La activista recordó que cuando se implementó el apagón analógico en el 2015, Fundación Hélice organizó un acopio masivo de televisores antiguos, lo cual pudo realizar gracias a que gestionaron un subsidio a través de la Agencia de Protección al Ambiente de Estados Unidos para financiar esa campaña.
En aquel momento, dijo que el manejo y disposición de un televisor análogo representaba un costo de cinco dólares, toda vez que algunos de sus componentes son recuperables y podrían incorporarse a una cadena de valor.
Es por ello que debe de haber alternativas para poder recibir estos materiales en la comunidad, afirmó la activista, para lo cual Fundación Hélice está buscando que se logre con las autoridades.
“Por ser un aparato que recae en la normatividad de competencia federal, obviamente estamos esperando el que podamos a través de la Semarnat hacer algo para poder nosotros como organismo o inclusive el mismo estado de Baja California, poder ofrecer alguna alternativa para la ciudadanía”.
Dijo que actualmente no hay una opción para hacer el descarte de los televisores que además permita hacer una separación de sus componentes mediante un proceso industrializado y controlado de acuerdo a la norma internacional para la custodia de los electrónicos.
La activista estimó que en Baja California se descartan 58 mil 600 toneladas de residuos electrónicos, de acuerdo con un estudio que hizo en el 2015 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
