Un grupo de 40 alumnos de la secundaria 93, pretenden establecer una cultura ecológica, y mantienen su compromiso con el medio ambiente por medio de proyectos de reciclaje, con los que a su vez, apoyan a su comunidad y a los más necesitados.
Se hacen llamar los Fotosintéticos, un grupo conformado por 40 alumnos de los diferentes grados de la escuela secundaria número 93, Ignacio Sánchez Campos, y que son comandados por el maestro Ángel Alfonso Rentería.
La escuela se encuentra enclavada en el corazón del ejido Islas Agrarias “A”, al Oriente de la ciudad de Mexicali, y en la que se pueden ver en proceso varios de los proyectos que se han iniciado, incluso, algunos han sido donados a las personas más vulnerables de la localidad.
El grupo opera un huerto en el que se siembran algunas variedades de hortalizas, chiles y cuando se puede, hasta maíz, también siembran árboles que han sido trasplantados en la unidad deportiva más cercana, con el fin de que algún día cobije con su sombra a la comunidad.
Una comitiva de los Fotosintéticos estarán del 26 al 29 de noviembre en un concurso nacional de ciencia, en el que presentarán sus proyectos a instituciones de educación superior, con lo que esperan obtener los primeros lugares.
Andy Armenta, alumno de segundo grado de la secundaria, explicó que ellos mismos generan la composta con la que nutren a sus cultivos, hecha a base de hojas de eucalipto, aserrín y estiércol, y que es regada cada tercer día hasta que se encuentra lista.
Edoali Airam Inzunza Atondo, también alumna de segundo grado, y líder del grupo, comentó que con estas acciones pretenden mejorar su medio ambiente, por eso, sus proyectos han trascendido a la comunidad, ya que han sembrado árboles, y apoyado a gente de escasos recursos.
Se trata de proyectos de reciclaje en los que usan botellas de plástico con capacidad de 3 litros, con las que han fabricado camas, que ya han regalado a la comunidad.
El maestro Rentería comentó que tienen un proyecto de fabricación de un aula ecológica para reuniones, fabricada enteramente de materiales reciclados, entre ellos, 3 mil 500 botellas de plástico de 3 litros, las cuales al ser rellenadas con bolsas de plástico comprimido, obtiene la densidad suficiente para funcionar como un tabique.
Las ideas no faltan, ya que pueden ser fabricadas desde puertas, cómodos sillones, bancas, maceteros, mesas, cuadernos, carteras, entre otros, todo lo que alcance el ingenio.