José Luis Angulo Terán a pesar de haber padecido un infarto cerebral hace 3 años ha logrado rehabilitarse y disfrutar de esta segunda oportunidad que tiene para vivir. De repente una mañana mientras se estaba alistando para ir a trabajar, se sintió mal y cayó en la recámara que comparte con su esposa, momento en que sintió que se le nubló la vista y se sintió un poco desorientado.
Su esposa Carmelita Herrera a quien se refiere como “su ángel”, fue quien acudió a ayudarle a conseguir atención médica a urgencias en el IMSS, donde permaneció por 8 horas inconsciente. Una vez que despertó le informaron que había sufrido de un infarto cerebral, lo cual verdaderamente le sorprendió, dado que ni siquiera sabía que padecía de hipertensión arterial.
Lo que sintió al recobrar el sentido, fue escuchar un zumbido y que no sentía su cuerpo. Este incidente ocurrió de la noche a la mañana, ya que su cuerpo nunca le manifestó una alerta, señaló el hombre. A lo largo de su vida, practicaba futbol y es amante de las motocicletas, sin embargo ahora debe de llevar un paso más tranquilo en los deportes, por lo que actualmente solo camina y anda en bicicleta. Ahora tiene 63 años y desde que ocurrió dicho incidente, ha recibido terapias de rehabilitación física y mucho seguimiento por parte de los doctores Félix Saguchi y Miriam Tobón, quienes le han recomendado que continúe realizando actividad física. “El doctor me dijo ‘si no te ayudas tu solo nadie te va a ayudar’, por eso me esforcé en mejorarme y es verdad”.
Primero pasó tres meses en cama, pero con el tiempo empezó a realizar ejercicio para poder caminar de nuevo. Recordó que muchas veces se caía, como cuando los bebés empiezan a caminar, sin embargo se aferró a la idea que debía de mejorar para ser independiente, lo cual ha logrado, toda vez que ya hasta conduce su carro, un Jeep. Este padecimiento le generó que no pudiera mover todo el lado derecho de su cuerpo, por lo que por un tiempo tuvo que usar bastón, no obstante reconoció que eso le generó un “look” interesante y distintivo, aunque ya no lo necesita para caminar. Asimismo, este padecimiento le afectó a su vista en el ojo derecho, por lo que empezó a utilizar lentes, pero ahora disfruta de cada momento a lado de “Carmelucha”, como le llama a su esposa, así como con sus cuatro hijos y sus doce nietos.