En los centros penitenciarios de Baja California 20 personas privadas de la libertad y tres custodios han fallecido por complicaciones respiratorias, casos que quedaron registrados como sospechosos a Covid-19 y de los que evita hablar Alonso Oscar Perez Rico, secretario de Salud en el Estado.
Estos datos fueron revelados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que lleva a cabo un monitoreo de la pandemia en los centros de reinserción de todo el país.
Por su parte la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) tiene conocimiento de al menos 40 empleados de los centros penitenciarios con síntomas que hacen pensar en el Covid-19.
Del estudio nacional se desprende que en las cárceles mexicanas 343 internos han dado positivo al Covid-19 además de registrarse 43 decesos y hasta ayer había 153 casos sospechosos.
La semana pasada LA VOZ DE LA FRONTERA cuestionó a Pérez Rico sobre la situación de las cárceles y aseguró que se había desplegado un equipo epidemiológico para atender dichos centros y romper cadenas de transmisión, sin embargo dijo no tener cifras a la mano.
En ocasiones anteriores el funcionario también ha evadido responder sobre el impacto de la pandemia entre las personas privadas de la libertad.
Desde finales de abril familiares de internos del Cereso de Mexicali han denunciado y protestado por la falta de atención médica entre la población penitenciaria además de reclamar que a los tres internos que fallecieron por complicaciones respiratorias no se les haya aplicado la prueba de Covid-19.