Tras el acuerdo que hicieron los gobiernos de México y Estados Unidos para reactivar el programa “Quédate en México”, en la capital de Baja California autoridades locales y sociedad civil han comenzado a tomar medidas preventivas ante la inminente llegada de los solicitantes de asilo que serán enviados a este lado de la frontera por el vecino país.
La mañana del martes trabajadores operativos del DIF Municipal junto con representes de Unicef y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) comenzaron a recorrer los albergues ubicados en la zona centro de la ciudad con la intención de revisar sus instalaciones y levantar un censo entre la población que actualmente tienen alojada.
Lo que se encontraron fueron instalaciones saturadas por migrantes haitianos que desde hace semanas llegan a diario en nutridos grupos.
La estrategia “Quédate en México” establece que los migrantes que soliciten asilo humanitario en Estados Unidos permanezcan en el lado mexicano mientras su caso se resuelve en tribunales del vecino país.
Antonio Martínez Morales, jefe operativo del DIF Municipal, reconoció una sobrepoblación al interior de los albergues a los que están acudiendo precisamente para revisar los alcances de hospitalidad para una nueva oleada migratoria.
“Los estamos visitando para ver en qué podemos ayudar ya sea con colchonetas y despensas; por el acuerdo del gobierno mexicano con el de Estados Unidos estamos previniendo tener espacios dignos”.
En caso de ser necesario el DIF Municipal pondría a disposición de la población migrante las instalaciones del CREA Cultura.
HABRÁ ‘EMBUDO’ EN LA FRONTERA NORTE
Para la catedrática e investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Kenia Ramírez Meda, el acuerdo para reactivar el programa “Quédate en México” implicará un reto importante para el país porque ya son insuficientes los espacios para alojar a más población migrante.
Cabe recordar que esta estrategia fue implementada por primera vez por parte de Estados Unidos en enero del 2019 durante la administración de Donald Trump.
“Estas solicitudes de asilo se pueden extender por un periodo de hasta dos años, el impacto se reflejaría en un estancamiento de los flujos o en la creación de un embudo en la frontera norte que al final se va a juntar con el que ya existe en la frontera sur”.
Otro problema, refirió, es que esta población no recibe información sobre cómo acceder a la documentación con la que legalizarían su estancia en México y llegar sin tener un sitio específico a donde llegar.
Cuando este programa se implementó por primera vez el Gobierno de México se comprometió a crear albergues para recibir a los solicitantes de asilo pero en el caso de Mexicali dicho proyecto fue cancelado.