Tus manos sudan, tu corazón se acelera a 100 kilómetros por hora, tu estómago siente una montaña rusa y no puedes dejar de pensar en esa persona, solo hay un diagnóstico para esto… estás enamorado.
Cuando nos enamoramos nuestro cuerpo pasa por procesos físicos y químicos, estas sensaciones son adictivas y pueden llegar a ser comparadas a una droga.
Cada vez que vemos a nuestro ser amado, nos sentimos eufóricos -una combinación de felicidad y energía-, esto se debe a que nuestro cerebro está liberando dopamina, un neurotransmisor que nos libera esta euforia, así que nuestra cabeza lo procesa como un sistema de recompensa y esto a su vez crea una “necesidad”, de ver o estar con quien nos gusta.
Si sientes que tu corazón de repente empieza a latir más y más rápido, tranquilo, no es un ataque al corazón, solo es la norepinefrina, esta hormona provoca que nos suba la presión arterial y a su vez nos causa rubor y sudoración. Pero eso no es todo, ya que también se encarga de quitarnos la sensación de hambre y sueño.
Hasta este punto ya pensarás que es suficiente, con el sudor, el latir descontrolado del corazón y las pocas horas de sueño, pero no, nuestro cuerpo, no satisfecho, nos trae la feniletilamina, un neurotransmisor, una droga natural que fabrica el propio organismo y que vuelve todo más intenso.
Así que no te preocupes, todo lo que sientes cuando te enamoras es completamente normal, relájate, cómprate un buen desodorante y atrévete a invitar a tu crush a una cita.