Trabajadores de consultorios médicos del poblado de Los Algodones, se quejaron de las extorsiones de las que han sido víctimas de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI), quienes además de hurgar en las fotos y conversaciones privadas de los teléfonos celulares, les han solicitado una buena cantidad en dólares para no llevarlos detenidos.
Aunado a la ola de violencia e inseguridad que sufren los residentes del Valle de Mexicali, ahora también se enfrentan a las extorsiones de las que son objeto en los retenes y recorridos por parte de la GESI.
Un empleado de una clínica dental de Los Algodones, quien no quiso proporcionar su nombre por miedo a represalias, comentó que la semana pasada terminó su turno, abordó su vehículo, una camioneta tipo Jeep modelo 2015, y cuando circulaba por la calzada Saratoga cuando le cerraron el paso dos patrullas de la GESI, de las que descendieron 4 agentes que le solicitaron, bajara del vehículo.
Le comentaron que lo detuvieron porque su vehículo se miraba “muy placoso”, y le interrogaron sobre donde trabajaba, a dónde iba, donde vivía, y le pidieron su celular al que le pidieron lo desbloqueara, donde hurgaron en sus conversaciones privadas, y encontraron la captura de pantalla de una nota sobre el decomiso de buches de totoaba.
El oficial de la GESI le repetía una y otra vez que andaba mal, y que lo iban a arrestar, por lo que el uniformado le cuestionó sobre ¿cómo nos vamos a arreglar?
Cómo ya lo habían retenido una hora y media en el lugar, y tenía miedo, ya que había escuchado historias sobre como los agentes golpeaban y desaparecían a las personas, por lo que para cuidar por su integridad y la de su familia, les ofreció 500 dólares, a lo que accedieron, pero antes, tenía que ir a conseguirlos con su hermano.
Los oficiales le dieron 15 minutos para que acudiera a las afueras del poblado, donde lo esperaban con los códigos encendidos, recibieron el dinero y le recomendaron que borrará las fotos de su celular.
A una dentista en el poblado, la detuvieron en un retén en la presa, donde se encontraba vigilando la Guardia Nacional (GN), así como agentes de la GESI, en ese momento ella estaba hablando por teléfono con su novio, por lo que le preguntaron con quien hablaba, a dónde se dirigía, a qué se dedicaba, y le pidieron que se orillara.
De inmediato le solicitaron que abriera la cajuela y bajara del vehículo, le pidieron su bolsa y su celular, pero ella se negó alegando que tenía sus cosas y conversaciones privadas, pero sí revisaron su lonchera y le solicitaron su INE y su licencia de manejo.
Fueron alrededor de 30 minutos que la retuvieron en el lugar, por lo que ella temió por sus cosas y por su vida, ya que se encontraba en medio de la nada con estos tipos.
Sin embargo al final la dejaron ir.
Otro trabajador dental que quiso mantener el anonimato, lo detuvieron en un retén ubicado casi llegando a la carretera federal proveniente de Los Algodones, en el que se encontraban alrededor de 10 patrullas de la GESI.
Le pidieron se orillara y que desbloqueara su celular, a lo que en un principio se negó.
¿Te vas a poner pendejo?, le cuestionaron, a lo que finalmente accedió, ya que no tiene nada que esconder, dijo, por lo que revisaron sus chats, sus fotos y redes sociales.
En sus archivos encontraron la foto de un arma, que se la había enviado un conocido, y que era producto de una conversación.
Le amenazaron de que lo iban a detener, ya que andaba mal, por lo que les ofreció 30 dólares pero estos no aceptaron, ya que no les alcanzaba ni para las cocas.
Finalmente les ofreció 200 dólares que traía en ese momento, ya que le acababan de pagar, además, traía más dinero debido a que les llevaba su paga a sus compañeros de trabajo, quienes habían salido más temprano.
Sintió mucho miedo, ya que aunque no ha hecho nada malo, lo detuvieron un rato, lo que da la sensación que de le van a hacer algo, debido a las historias que ha escuchado, pero finalmente fue víctima de una extorsión.