Tras las manifestaciones realizadas desde hace dos semanas, trabajadores de la Minera Frisco pasan condiciones deplorables en el campamento de la propia empresa que les cortó los servicios, y sufren las inclemencias del desierto sanfelipense.
El protestar les ha salido caro a los 173 trabajadores sindicalizados de la Minera Frisco, ya que en las casas móviles donde duermen, les han cortado el suministro de energía eléctrica, así como el servicio de comedor.
Sin embargo, cuentan con agua potable gracias a que se la ha donado el Concejo Fundacional Municipal de San Felipe, que es de mucho mejor calidad que la proporcionada por la empresa, ya que esta es extraída del subsuelo de la mina, y cuenta con un alto contenido de sal, y por el mal estado de los contenedores, a algunos hasta les salieron ronchas.
Los trabajadores deben convivir con un contenedor de basura que se encuentra hasta el tope y que la empresa no ha retirado y que ha generado una gran cantidad de moscas, lo que aumenta las condiciones de insalubridad del lugar.
Debido al inclemente calor sanfelipense, algunos optaron por sacar los colchones para dormir, y disfrutar de la fresca brisa nocturna, sin embargo, cuando no sopla el viento, las noches se vuelven un verdadero infierno.
Con respecto a la comida, el servicio del comedor les fue retirado, por lo que han tenido que conseguir sus propios alimentos y cocinarlos, todo sale del bolsillo de sus familias, aunque afortunadamente hay empresas que les hacen descuentos.
Aunado a lo anterior, hace dos semanas que no cobran, por lo que la situación se vuelve cada vez más difícil, por lo que esperan se arregle pronto, no piden demasiado, solo que mejoren sus condiciones de trabajo, les den el reparto de utilidades que les corresponde y regresar al trabajo, para llevar el sustento a sus familias.