Las condiciones de “baja reserva” energética en el Sistema Eléctrico de Baja California, anunciada por el Centro Nacional de Energía (Cenace) “es preocupante y una señal negativa para la certidumbre de abasto eléctrico del Estado, aseguró el presidente de la Canacintra, Eugenio Lagarde Amaya.
Observamos con mucha preocupación las decisiones arbitrarias y carentes de información que está tomando el nuevo gobierno federal al dar marcha atrás a diferentes proyectos de vital importancia para el abasto de energía en la red de Baja California.
Recordó que en enero se anunció la cancelación del proyecto de interconexión con la red nacional eléctrica, una licitación que representaba una inversión arriba de los mil millones de dólares.
Lo anterior tendrá un impacto negativo en la generación de empleos, mismos que se hubieran creado gracias a la construcción y desarrollo de un proyecto de esa envergadura, aseguró.
La inversión total proyectada era de 1 mil 100 millones de dólares y consistiría en mil 400 kilómetros de circuito con tecnología para conectar con una capacidad de transmisión de 1 mil 500 megawatts a la península de Baja California al resto del país.
Al parecer estamos regresando a la Comisión Federal de Electricidad a la gran estructura de empresa vertical y con ello nos enfrentaremos a las limitaciones financieras inherentes”. “Al anunciar la cancelación de las subastas energéticas también se ponen en riesgo las nuevas inversiones e infraestructura que se requiera para atender la demanda eléctrica que actualmente sigue creciendo a ritmos aproximados del 3% por encima del PIB.
Agregó que el Consejo de Energía de Canacintra Mexicali, integrado por empresas asociadas del organismo, el Consejo Estatal de Energía de Baja California; y la Universidad Autónoma de Baja California enviarán un documento a la Secretaría de Energía.
La finalidad es sensibilizarlos de las necesidades específicas que en materia de energía requiere nuestro Estado.
Destacarán los requerimientos de inversión en Infraestructura para aumentar las capacidades de transformación y conducción de la energía, la agilización y apertura de nuevos permisos de importación de energía.
Además, la necesidad de tener una planeación estratégica para evitar desabastos actuales y futuros que pongan en riesgo la promoción de nuevas inversiones.