BOGOTÁ, Colombia. Ocho policías murieron ayer en un ataque con explosivos en el noroeste de Colombia, atribuido por el gobierno a la banda del narcotráfico más poderosa del país.
Los uniformados fueron alcanzados por el estallido de un artefacto que impactó de lleno su vehículo, según informó la policía en un comunicado.
El ataque se produjo en San Pedro de Urabá, en el departamento de Antioquia.
Las víctimas escoltaban a funcionarios encargados de restituir tierras a campesinos despojados en medio del conflicto armado que persiste en Colombia, y que financia en buena parte el narcotráfico.
"El saldo es de ocho policías muertos y un vehículo afectado", dijo el alto mando. Sin embargo, una fuente policial confirmó que la acción no dejó heridos ni desaparecidos, ni civiles afectados.
El ministro de Defensa Luis Carlos Villegas señaló al Clan del Golfo como presunto responsable del letal atentado.
Desde la zona donde se produjo el atentado, el Clan del Golfo envía toneladas de droga hacia Estados Unidos en alianza con las mafias mexicanas.
Las Fuerzas Armadas mantienen una intensa cacería contra esta banda que se formó con los remanentes de grupos paramilitares antiguerrilleros surgidos tras la desmovilización de miles de combatientes bajo el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010).
El presidente Juan Manuel Santos prometió una dura respuesta.
1,800 HOMBRES tiene el Clan del Golfo, de 4,000 con que contaba, tras los golpes propinados por el gobierno.
236 DE 1,200 municipios colombianos controla el cártel, formado por exparamilitares.