Marawi, Filipinas.- Fuerzas filipinas con apoyo de tanques yhelicópteros realizaron “ataques de precisión” el jueves paraerradicar a extremistas vinculados con el Estado Islámico de unaciudad que está bajo asedio desde el fracaso de una incursiónpara atrapar a uno de los milicianos más buscados de Asia.
Los rebeldes han arrasado las calles de Marawi desde el martespor la noche, donde incendiaron edificios, tomaron como rehenes aun sacerdote y sus feligreses y aislaron una gran parte de laciudad. Miles han huido, y crecen los temores del extremismo en elpaís.
Al menos 44 personas han muerto en los combates, entre ellas 31milicianos y 11 soldados, dijeron las autoridades. El presidenteRodrigo Duterte dijo que un jefe de policía local fue detenido ydecapitado en un retén y otro agente también fue asesinado,según trascendió. No estaba claro si habíaciviles entre los muertos. Duterte declaró el martes 60días de ley marcial en el tercio sur de la nación, una zona queincluye Marawi pero que se extiende más allá. Unos 22 millones depersonas residen en la región de Mindanao, 200.000 en Marawi.
Duterte advirtió que podría aplicar la ley a todo elterritorio, un hecho que provoca consternación en muchos filipinosque vivieron bajo el régimen de Ferdinand Marcos. Este declaró laley marcial en 1972 y la usó para mantenerse en el poder durantemás de una década.
La mayor parte de la ciudad seguía sitiada el jueves. Podíanoírse disparos y explosiones en la distancia y nubes de humo negrose elevaban desde el centro de la ciudad bajo los vuelos dehelicópteros.
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El hombre en el centro de la violencia en Marawi es IsnilonHapilon, un predicador islámico conocido por su pericia paraorganizar operaciones comando. Es el vínculo entre varias miliciasque intentan coaligarse en una fuerza mayor.
Hapilon, un comandante del grupo Abu Sayyaf, juró fidelidad algrupo Estado Islámico en 2014. Encabeza una alianza de al menos 10grupos menores, incluido el Maute, que tiene una gran presencia enMarawi.
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