/ martes 2 de abril de 2024

Entre Teclas | Estrategia fallida…

Apenas la semana pasada, el Departamento de Agricultura de EU informó que se prevé que las compras externas de este grano soporten 47.5% del consumo en México; en volumen, la cifra crecerá 4.8% es decir 22 millones de toneladas en relación al año anterior.

FOTO ILUSTRATIVA

Esta información fue confirmada por el secretario de Agricultura de México, Víctor Villalobos, quien agregó que una de las principales causas de la caída en la producción de maíz en el país es la sequía: “Se vio afectada severamente el año pasado por la sequía que golpea a país, lo que elevó la importación para consumo pecuario, pero el déficit será compensado con producción en el sur-sureste nacional”.

En lo que se refiere al trigo, las importaciones subieron 2.8%, de 5 millones 181 mil toneladas a 5 millones 325 mil. Las importaciones de frijol se dispararon 271% al pasar de 84 mil a 313 mil toneladas.

Esta información confirma que México es deficitario en la producción de maíz, frijol y trigo. En realidad, se importa la mitad de los granos que consume la población de México.

Estados Unidos fue el principal proveedor de las importaciones de maíz con 88.7%, seguido de Brasil con 9.3% y 2% restante de Canadá, Sudáfrica y Argentina. El precio promedio del grano importado fue menor en 20.3%, mientras el precio en el mercado nacional bajó en promedio 21.9%.

El maíz es un producto estratégico para México por su alto consumo en la dieta de los mexicanos y para Estados Unidos, por ser una potencia exportadora de este cereal. Ambas naciones tienen liberalizado su comercio bilateral y mantienen en curso una disputa sobre el maíz transgénico en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

En desplome de la producción de maíz, trigo y frijol en México en la última década se debe a varios factores: Los elevados costos de los insumos (costos de producción) y los bajos precios internacionales de los granos, combinados con inversiones mínimas de los productores en semillas mejoradas, infraestructura y mecanismos de financiamiento limitados para los productores medianos y grandes de los granos básicos.

Por si esto fuera poco, los agricultores de México tienen que hacer frente a las equivocadas políticas del gobierno en el sector agropecuario, que sólo han fortalecido los programas de asistencia social para los micro y pequeños productores del país, especialmente en los estados del sur y el sureste mexicano, mientras los agricultores de los estados altamente productores de granos básicos como Jalisco, Sinaloa, Sonora, Baja California (Mexicali), Chihuahua, Tamaulipas, Zacatecas, Aguascalientes y Guanajuato, ha sido prácticamente abandonados a su suerte.

El hecho de que México tenga que importar la mitad de maíz, trigo y frijol requerido para alimentar a su población, sólo demuestra la incapacidad del gobierno para crear y generar las condiciones ideales para incrementar la producción agrícola con una rentabilidad para los agricultores.

Es claro que la estrategia para el campo ha sido fallida.

Apenas la semana pasada, el Departamento de Agricultura de EU informó que se prevé que las compras externas de este grano soporten 47.5% del consumo en México; en volumen, la cifra crecerá 4.8% es decir 22 millones de toneladas en relación al año anterior.

FOTO ILUSTRATIVA

Esta información fue confirmada por el secretario de Agricultura de México, Víctor Villalobos, quien agregó que una de las principales causas de la caída en la producción de maíz en el país es la sequía: “Se vio afectada severamente el año pasado por la sequía que golpea a país, lo que elevó la importación para consumo pecuario, pero el déficit será compensado con producción en el sur-sureste nacional”.

En lo que se refiere al trigo, las importaciones subieron 2.8%, de 5 millones 181 mil toneladas a 5 millones 325 mil. Las importaciones de frijol se dispararon 271% al pasar de 84 mil a 313 mil toneladas.

Esta información confirma que México es deficitario en la producción de maíz, frijol y trigo. En realidad, se importa la mitad de los granos que consume la población de México.

Estados Unidos fue el principal proveedor de las importaciones de maíz con 88.7%, seguido de Brasil con 9.3% y 2% restante de Canadá, Sudáfrica y Argentina. El precio promedio del grano importado fue menor en 20.3%, mientras el precio en el mercado nacional bajó en promedio 21.9%.

El maíz es un producto estratégico para México por su alto consumo en la dieta de los mexicanos y para Estados Unidos, por ser una potencia exportadora de este cereal. Ambas naciones tienen liberalizado su comercio bilateral y mantienen en curso una disputa sobre el maíz transgénico en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

En desplome de la producción de maíz, trigo y frijol en México en la última década se debe a varios factores: Los elevados costos de los insumos (costos de producción) y los bajos precios internacionales de los granos, combinados con inversiones mínimas de los productores en semillas mejoradas, infraestructura y mecanismos de financiamiento limitados para los productores medianos y grandes de los granos básicos.

Por si esto fuera poco, los agricultores de México tienen que hacer frente a las equivocadas políticas del gobierno en el sector agropecuario, que sólo han fortalecido los programas de asistencia social para los micro y pequeños productores del país, especialmente en los estados del sur y el sureste mexicano, mientras los agricultores de los estados altamente productores de granos básicos como Jalisco, Sinaloa, Sonora, Baja California (Mexicali), Chihuahua, Tamaulipas, Zacatecas, Aguascalientes y Guanajuato, ha sido prácticamente abandonados a su suerte.

El hecho de que México tenga que importar la mitad de maíz, trigo y frijol requerido para alimentar a su población, sólo demuestra la incapacidad del gobierno para crear y generar las condiciones ideales para incrementar la producción agrícola con una rentabilidad para los agricultores.

Es claro que la estrategia para el campo ha sido fallida.

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