/ martes 16 de abril de 2024

Entre Teclas | La ruina invisible

Reza el refrán popular: “no hay peor ciego que aquel que no quiere ver”.

En este mismo espacio hemos dado cuenta desde hace meses la crítica situación que atraviesa el sector agropecuario en todo el país, pero sobre todo en la región noroeste que abarca Sinaloa, Sonora y Baja California, concretamente el valle de Mexicali.

Solamente se dieron retrasos en las labores de siembra y cosecha de algunos productos

Solamente se dieron retrasos en las labores de siembra y cosecha de algunos productos, señaló la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Agropecuario | Cortesía SADER

Tan sólo en los últimos 10 años se ha dejado de sembrar alrededor del 30% de la superficie dentro de la zona compactada del distrito de riego, que suma 180 mil hectáreas, es decir, se han dejado de sembrar aproximadamente 60 mil hectáreas.

Hoy por hoy los agricultores no reciben ningún apoyo para su actividad primaria, en virtud de que han desaparecido poco a poco del presupuesto federal en los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador. Por si esto fuera poco, hay variables que salen del control de las autoridades y de los agricultores como la guerra entre Rusia y Ucrania, la caída de los precios de los granos básicos en el mercado internacional, así como la terrible sequía que afecta a gran parte del territorio nacional, lo que provocará que se dejen de sembrar millones de hectáreas de maíz, frijol y trigo en todo el país.

A esto hay que agregarle que la cotización peso-dólar FIX no ayuda en nada a los productores de maíz y trigo, tomando en cuenta que los precios de estos granos básicos se basan en las cotizaciones de la Bolsa Agropecuaria de Chicago.

Lo anterior viene a colación porque el sábado pasado se llevó a cabo una reunión de agricultores integrantes de la organización Unión y Progreso de Baja California y dos candidatos a diputados federales por el Distrito 7, que abarca el valle de Mexicali. Se trata de Estela Leyva Arellanes del PT y de Armando Fernández Samaniego, de Morena. Cabe señalar que Leyva Arellano domina a la perfección los temas agrícolas, ya que es productora del valle, además reconoció la crítica situación por la que atraviesa nuestra región agrícola.

Por su parte, Samaniego prácticamente les dijo a los agricultores que hoy más que nunca han recibido más apoyos del gobierno federal, lo que los campesinos consideraron como un golpe en el lomo. Antepuso una disculpa por no haber acudido a la reunión pasada; aseguró que apoyará programas federales como el “Sembrando vida”, regularizar las tierras del valle y abrir nuevos mercados con mejores precios, sobre todo al trigo.

Fue entonces cuando el presidente de la Unión y Progreso de Baja California, Ricardo Muñoz, fue claro y directo con el candidato de Morena: “Es necesario bajarle a la arrogancia y trabajar de la mano con quien llegue. Producción y Progreso no tiene partido, solo trabajar”.

Palabras menos, palabras más, la actual es la peor época por la que ha atravesado el valle de Mexicali. La ruina es real, los agricultores la sufren y la caída de la economía regional no se puede ocultar. Sólo los soñadores e idealistas no la pueden ver.

Reza el refrán popular: “no hay peor ciego que aquel que no quiere ver”.

En este mismo espacio hemos dado cuenta desde hace meses la crítica situación que atraviesa el sector agropecuario en todo el país, pero sobre todo en la región noroeste que abarca Sinaloa, Sonora y Baja California, concretamente el valle de Mexicali.

Solamente se dieron retrasos en las labores de siembra y cosecha de algunos productos

Solamente se dieron retrasos en las labores de siembra y cosecha de algunos productos, señaló la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Agropecuario | Cortesía SADER

Tan sólo en los últimos 10 años se ha dejado de sembrar alrededor del 30% de la superficie dentro de la zona compactada del distrito de riego, que suma 180 mil hectáreas, es decir, se han dejado de sembrar aproximadamente 60 mil hectáreas.

Hoy por hoy los agricultores no reciben ningún apoyo para su actividad primaria, en virtud de que han desaparecido poco a poco del presupuesto federal en los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador. Por si esto fuera poco, hay variables que salen del control de las autoridades y de los agricultores como la guerra entre Rusia y Ucrania, la caída de los precios de los granos básicos en el mercado internacional, así como la terrible sequía que afecta a gran parte del territorio nacional, lo que provocará que se dejen de sembrar millones de hectáreas de maíz, frijol y trigo en todo el país.

A esto hay que agregarle que la cotización peso-dólar FIX no ayuda en nada a los productores de maíz y trigo, tomando en cuenta que los precios de estos granos básicos se basan en las cotizaciones de la Bolsa Agropecuaria de Chicago.

Lo anterior viene a colación porque el sábado pasado se llevó a cabo una reunión de agricultores integrantes de la organización Unión y Progreso de Baja California y dos candidatos a diputados federales por el Distrito 7, que abarca el valle de Mexicali. Se trata de Estela Leyva Arellanes del PT y de Armando Fernández Samaniego, de Morena. Cabe señalar que Leyva Arellano domina a la perfección los temas agrícolas, ya que es productora del valle, además reconoció la crítica situación por la que atraviesa nuestra región agrícola.

Por su parte, Samaniego prácticamente les dijo a los agricultores que hoy más que nunca han recibido más apoyos del gobierno federal, lo que los campesinos consideraron como un golpe en el lomo. Antepuso una disculpa por no haber acudido a la reunión pasada; aseguró que apoyará programas federales como el “Sembrando vida”, regularizar las tierras del valle y abrir nuevos mercados con mejores precios, sobre todo al trigo.

Fue entonces cuando el presidente de la Unión y Progreso de Baja California, Ricardo Muñoz, fue claro y directo con el candidato de Morena: “Es necesario bajarle a la arrogancia y trabajar de la mano con quien llegue. Producción y Progreso no tiene partido, solo trabajar”.

Palabras menos, palabras más, la actual es la peor época por la que ha atravesado el valle de Mexicali. La ruina es real, los agricultores la sufren y la caída de la economía regional no se puede ocultar. Sólo los soñadores e idealistas no la pueden ver.

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