/ martes 11 de junio de 2024

Entre Teclas | Tiempo de mujeres

Hace 30 años, los mexicalenses jamás hubieran pensado que la Presidencia de México, la gubernatura de Baja California y la presidencia municipal de Mexicali, serían ocupadas por mujeres.

Hasta hace 4 décadas, en México la política era cosa de hombres y aunque las mujeres podían participar, lo hacían de manera coyuntural y a veces hasta marginal. El gran control político era de varones.

Sin embargo, con el paso del tiempo y sobre todo en los últimos 10 años, todo esto ha venido cambiando por la llamada equidad de género.

Sergio Caro / La Voz de la Frontera

El próximo 17 de octubre se cumplirán 71 años del reconocimiento del derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser votadas. Aunque hoy en día parezca algo tan lejano, la lucha por tener participación política involucró a miles de mujeres que desde lo individual y colectivo abrieron paso para que hoy todas podamos participar en la vida política del país.

Aunque pudiera pensarse que la democracia en el mundo es una actividad antigua, lo cierto es que no va más allá de 1799 cuando finalizó la revolución francesa para dar paso a la democracia, es decir, a la fundación de partidos políticos para la elección de las autoridades.

Muchas décadas pasaron para que las mujeres realizaran las primeras manifestaciones por conseguir su derecho al voto y, por ende, su participación directa en los procesos electorales.

Desde 1960 a la fecha grandes mujeres han sido jefas de estado en diferentes países. Por ejemplo, Indira Gandhi de la India en 1966, Margaret Thatcher en 1979 en Reino Unido y Angela Merkel en 2005 en Alemania, entre muchas otras. Hoy en día sólo un 6% de países tienen a una mujer como jefe de Estado y apenas un 7% presidiendo un Gobierno. En total, de 193 países, sólo 22 mujeres ocupan una de esas dos funciones, dos más que el año pasado. Por regiones, Europa, especialmente la del norte, es la que más mujeres tiene en altos cargos en todo el mundo.

En México, gracias a la lucha de miles de mujeres en los últimos años, se ha logrado que a lo largo de 23 legislaturas, se fueron incorporando más mujeres que dieron prioridad a temas de género, entre ellos el de la paridad total, que casi 70 años después de la reforma constitucional, se logró alcanzar y nos permite hoy tener 250 diputadas, siendo la LXV Legislatura la única a nivel mundial que tiene paridad. Además, contamos con 63 senadoras, 27 entidades con Congresos locales paritarios y 9 gobernadoras.

En las elecciones que apenas se realizaron hace 10 días en México, las candidaturas de las dos principales fuerzas políticas fueron mujeres. Se trata de Claudia Sheinbaum y de Xóchitl Gálvez, resultando ganadora la primera.

La mera presencia de mujeres en cargos políticos no es sinónimo de representación política integral. Es decir, aumentar el número de mujeres en la política no equivale a tener más leyes en favor de las mujeres ni en una opinión más favorable de su rol en el sector público. Sin embargo, la participación de las mujeres es el puente que lleva el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres del papel a la práctica.

Es por ello que en México se puede decir, sin temor a equivocaciones, que estamos en el tiempo de las mujeres.

Hace 30 años, los mexicalenses jamás hubieran pensado que la Presidencia de México, la gubernatura de Baja California y la presidencia municipal de Mexicali, serían ocupadas por mujeres.

Hasta hace 4 décadas, en México la política era cosa de hombres y aunque las mujeres podían participar, lo hacían de manera coyuntural y a veces hasta marginal. El gran control político era de varones.

Sin embargo, con el paso del tiempo y sobre todo en los últimos 10 años, todo esto ha venido cambiando por la llamada equidad de género.

Sergio Caro / La Voz de la Frontera

El próximo 17 de octubre se cumplirán 71 años del reconocimiento del derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser votadas. Aunque hoy en día parezca algo tan lejano, la lucha por tener participación política involucró a miles de mujeres que desde lo individual y colectivo abrieron paso para que hoy todas podamos participar en la vida política del país.

Aunque pudiera pensarse que la democracia en el mundo es una actividad antigua, lo cierto es que no va más allá de 1799 cuando finalizó la revolución francesa para dar paso a la democracia, es decir, a la fundación de partidos políticos para la elección de las autoridades.

Muchas décadas pasaron para que las mujeres realizaran las primeras manifestaciones por conseguir su derecho al voto y, por ende, su participación directa en los procesos electorales.

Desde 1960 a la fecha grandes mujeres han sido jefas de estado en diferentes países. Por ejemplo, Indira Gandhi de la India en 1966, Margaret Thatcher en 1979 en Reino Unido y Angela Merkel en 2005 en Alemania, entre muchas otras. Hoy en día sólo un 6% de países tienen a una mujer como jefe de Estado y apenas un 7% presidiendo un Gobierno. En total, de 193 países, sólo 22 mujeres ocupan una de esas dos funciones, dos más que el año pasado. Por regiones, Europa, especialmente la del norte, es la que más mujeres tiene en altos cargos en todo el mundo.

En México, gracias a la lucha de miles de mujeres en los últimos años, se ha logrado que a lo largo de 23 legislaturas, se fueron incorporando más mujeres que dieron prioridad a temas de género, entre ellos el de la paridad total, que casi 70 años después de la reforma constitucional, se logró alcanzar y nos permite hoy tener 250 diputadas, siendo la LXV Legislatura la única a nivel mundial que tiene paridad. Además, contamos con 63 senadoras, 27 entidades con Congresos locales paritarios y 9 gobernadoras.

En las elecciones que apenas se realizaron hace 10 días en México, las candidaturas de las dos principales fuerzas políticas fueron mujeres. Se trata de Claudia Sheinbaum y de Xóchitl Gálvez, resultando ganadora la primera.

La mera presencia de mujeres en cargos políticos no es sinónimo de representación política integral. Es decir, aumentar el número de mujeres en la política no equivale a tener más leyes en favor de las mujeres ni en una opinión más favorable de su rol en el sector público. Sin embargo, la participación de las mujeres es el puente que lleva el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres del papel a la práctica.

Es por ello que en México se puede decir, sin temor a equivocaciones, que estamos en el tiempo de las mujeres.

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