/ domingo 20 de noviembre de 2022

Entre el clima y el desarrollo humano, especies endémicas siguen en adaptación

La vaquita marina, el borrego cimarrón y la tortuga del desierto son algunos de los animales más reconocidos de Sonora


Sonora es una entidad principalmente desértica, debido a su gran tamaño y sus variados ecosistemas, traen consigo una importante biodiversidad, contando con reconocidas especies endémicas a lo largo de los 179.355 km² de su territorio.

Dichas especies, principalmente de fauna, se han adaptado a la variedad de hábitats y condiciones climáticas propias de la región, aunque algunas de ellas se han visto amenazadas debido a la intromisión del ser humano en el equilibrio ambiental.

Alberto Macías Duarte, profesor-investigador en la Universidad Estatal de Sonora (UES), detalló que una especie endémica es aquella que está circunscrita a un territorio específico, por lo que no se encuentran en otras partes del mundo.

Por su ubicación geográfica, en algunos casos los animales únicos de Sonora traspasan las fronteras que la humanidad ha delimitado a lo largo de los años, como el Lobo Mexicano.

Esta especie se encuentra principalmente en zonas boscosas de montañas así como en algunas partes desérticas de la región. Es una subespecie del lobo gris, del género Canis Lupus Baileyi. Cuenta con abundante pelaje en la espalda y hombros, orejas grandes, de cuerpo esbelto, patas largas y hocico estrecho, llegando a medir hasta 1.8 metros de largo y hasta 80 centímetros de alto.

Otra de las especies endémicas más reconocidas es la tortuga del desierto o Gopherus Morafkai, puede tener una larga vida, de entre 80 y 150 años, aproximadamente, además, tiene la capacidad de sobrevivir a las sequías desérticas gracias a la habilidad de autorregular su temperatura; posee un caparazón de colores marrón oscuro con el centro naranja o amarillo, además de tener una piel particularmente gruesa.

El Perrito de la Pradera es otro animal endémico ampliamente reconocido por su aspecto y su forma de cavar en el suelo, este mamífero, del género Cynomys, es pariente de la marmota, y sin embargo, habita algunas regiones desérticas de Sonora; tiene ojos y orejas pequeñas, además de poseer un cuerpo corto, pues puede llegar a medir entre 30 y 40 centímetros de longitud, así como pesar hasta 1.5 kilogramos.

¿Un riesgo?

Para Alberto Macías Duarte, una consecuencia del endemismo es que las especies de este tipo suelen ser más susceptibles a la extinción en comparación con las que no lo son, aunado a que muchas especies endémicas han mostrado un patrón recurrente en cuanto al pequeño rango de distribución.

“Esto tiene el reto de que mucha de la diversidad biológica de los países se ve amenazada, porque las especies endémicas están adaptadas a condiciones muy particulares que incluso a veces nos es difícil identificarlas. Entonces son un misterio en lo general, pero es un reto para la humanidad conservar a las especies endémicas, porque el impacto humano las afecta más que a aquellas que tienen una distribución amplia”, resaltó.

Una de las especies endémicas que más han resultado afectadas por el impacto humano son las vaquitas marinas, uno de los cetáceos más pequeños del reino animal, con una longitud máxima de hasta 1.5 metros y llega a pesar hasta 50 kilogramos.

Su nombre científico es Phocoena Sinus, pero también le llaman “cochito”. Tienen una aleta dorsal triangular, cabeza redonda y dientes aplanados como pala; suelen viajar en grupos de hasta cuatro individuos por las aguas del Alto Golfo de California.

Asimismo, esta especie se encuentra en peligro de extinción desde hace décadas, debido a su baja tasa de reproducción, la actividad pesquera y la captura incidental, por este motivo se han tenido que realizar múltiples acciones de conservación como el establecimiento del Área de Refugio de la Vaquita para su Protección y el Programa de Protección dentro del Área de Refugio.

El borrego cimarrón del Desierto de Sonora también es otra especie endémica que está catalogada como “sujeto a protección especial” por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 para su preservación.

Se trata del Ovis Canadienses Mexicana, que es su nombre científico, una de las más representativas de la entidad, ya que se encuentra principalmente en las zonas montañosas de Sonora.

Su cornamenta enroscada es una de sus principales características y por la cual también se ha visto amenazada debido a la caza desmesurada.

Al respecto, el ecólogo Alberto Macías Duarte agregó que algunos aspectos históricos de Sonora también han afectado el equilibrio ambiental de la flora y fauna local, pues cuando inició la colonización española también se dio el sobrepastoreo de las tierras para el ganado doméstico, lo cual ha impactado los ecosistemas, a lo que se añade la introducción especies invasoras como el zacate buffel para alimentar el ganado.

“Muchos pastizales, tanto en Sonora como en otras áreas, están desapareciendo por la invasión de especies arbustivas, en una de las causas que se le atribuye la desaparición de pastizales; entonces esto ha sido factor de cambio al Norte de México, al parecer no es tan evidente pero las cargas animales sobre los efectos tienen efectos extendidos y duraderos", añadió.

En consecuencia, el impacto de la humanidad sobre los ecosistemas ha sido un factor importante en el deterioro del equilibrio ambiental, poniendo en riesgo y muchas especies endémicas, aunado al cambio climático, donde se prevé que Sonora se convierta en un lugar más árido con el pasar del tiempo, es decir, con menos lluvias y temperaturas más altas.


Sonora es una entidad principalmente desértica, debido a su gran tamaño y sus variados ecosistemas, traen consigo una importante biodiversidad, contando con reconocidas especies endémicas a lo largo de los 179.355 km² de su territorio.

Dichas especies, principalmente de fauna, se han adaptado a la variedad de hábitats y condiciones climáticas propias de la región, aunque algunas de ellas se han visto amenazadas debido a la intromisión del ser humano en el equilibrio ambiental.

Alberto Macías Duarte, profesor-investigador en la Universidad Estatal de Sonora (UES), detalló que una especie endémica es aquella que está circunscrita a un territorio específico, por lo que no se encuentran en otras partes del mundo.

Por su ubicación geográfica, en algunos casos los animales únicos de Sonora traspasan las fronteras que la humanidad ha delimitado a lo largo de los años, como el Lobo Mexicano.

Esta especie se encuentra principalmente en zonas boscosas de montañas así como en algunas partes desérticas de la región. Es una subespecie del lobo gris, del género Canis Lupus Baileyi. Cuenta con abundante pelaje en la espalda y hombros, orejas grandes, de cuerpo esbelto, patas largas y hocico estrecho, llegando a medir hasta 1.8 metros de largo y hasta 80 centímetros de alto.

Otra de las especies endémicas más reconocidas es la tortuga del desierto o Gopherus Morafkai, puede tener una larga vida, de entre 80 y 150 años, aproximadamente, además, tiene la capacidad de sobrevivir a las sequías desérticas gracias a la habilidad de autorregular su temperatura; posee un caparazón de colores marrón oscuro con el centro naranja o amarillo, además de tener una piel particularmente gruesa.

El Perrito de la Pradera es otro animal endémico ampliamente reconocido por su aspecto y su forma de cavar en el suelo, este mamífero, del género Cynomys, es pariente de la marmota, y sin embargo, habita algunas regiones desérticas de Sonora; tiene ojos y orejas pequeñas, además de poseer un cuerpo corto, pues puede llegar a medir entre 30 y 40 centímetros de longitud, así como pesar hasta 1.5 kilogramos.

¿Un riesgo?

Para Alberto Macías Duarte, una consecuencia del endemismo es que las especies de este tipo suelen ser más susceptibles a la extinción en comparación con las que no lo son, aunado a que muchas especies endémicas han mostrado un patrón recurrente en cuanto al pequeño rango de distribución.

“Esto tiene el reto de que mucha de la diversidad biológica de los países se ve amenazada, porque las especies endémicas están adaptadas a condiciones muy particulares que incluso a veces nos es difícil identificarlas. Entonces son un misterio en lo general, pero es un reto para la humanidad conservar a las especies endémicas, porque el impacto humano las afecta más que a aquellas que tienen una distribución amplia”, resaltó.

Una de las especies endémicas que más han resultado afectadas por el impacto humano son las vaquitas marinas, uno de los cetáceos más pequeños del reino animal, con una longitud máxima de hasta 1.5 metros y llega a pesar hasta 50 kilogramos.

Su nombre científico es Phocoena Sinus, pero también le llaman “cochito”. Tienen una aleta dorsal triangular, cabeza redonda y dientes aplanados como pala; suelen viajar en grupos de hasta cuatro individuos por las aguas del Alto Golfo de California.

Asimismo, esta especie se encuentra en peligro de extinción desde hace décadas, debido a su baja tasa de reproducción, la actividad pesquera y la captura incidental, por este motivo se han tenido que realizar múltiples acciones de conservación como el establecimiento del Área de Refugio de la Vaquita para su Protección y el Programa de Protección dentro del Área de Refugio.

El borrego cimarrón del Desierto de Sonora también es otra especie endémica que está catalogada como “sujeto a protección especial” por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 para su preservación.

Se trata del Ovis Canadienses Mexicana, que es su nombre científico, una de las más representativas de la entidad, ya que se encuentra principalmente en las zonas montañosas de Sonora.

Su cornamenta enroscada es una de sus principales características y por la cual también se ha visto amenazada debido a la caza desmesurada.

Al respecto, el ecólogo Alberto Macías Duarte agregó que algunos aspectos históricos de Sonora también han afectado el equilibrio ambiental de la flora y fauna local, pues cuando inició la colonización española también se dio el sobrepastoreo de las tierras para el ganado doméstico, lo cual ha impactado los ecosistemas, a lo que se añade la introducción especies invasoras como el zacate buffel para alimentar el ganado.

“Muchos pastizales, tanto en Sonora como en otras áreas, están desapareciendo por la invasión de especies arbustivas, en una de las causas que se le atribuye la desaparición de pastizales; entonces esto ha sido factor de cambio al Norte de México, al parecer no es tan evidente pero las cargas animales sobre los efectos tienen efectos extendidos y duraderos", añadió.

En consecuencia, el impacto de la humanidad sobre los ecosistemas ha sido un factor importante en el deterioro del equilibrio ambiental, poniendo en riesgo y muchas especies endémicas, aunado al cambio climático, donde se prevé que Sonora se convierta en un lugar más árido con el pasar del tiempo, es decir, con menos lluvias y temperaturas más altas.

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