Desde su debut en septiembre del 2013, Diego de la Hoya suma 23 combates y 142 rounds después y tendrá la oportunidad de hacerlo por vez primera en la ciudad que lo vio nacer y formarse como boxeador.
Esa posibilidad ya se le había presentado hace un año, pero por problemas de peso y salud no pudo subir al ensogado. Entonces, sus siguientes apariciones le han complicado el camino ascendente que forjaba.
En abril pasado enfrentó a Enrique Bernache en Monterrey, Nuevo León, pero un cabezazo accidental en el inicio del segundo asalto hizo que la pelea fuera declarada “no contest” y en julio perdió el invicto al ser knockeado ante Ronny Ríos.
“Tengo una motivación más, tengo más entrega en el entrenamiento, más ánimos, estoy joven y no puedo dejar caer esta carrera, ya llevo muchos años en el boxeo y fue un tropiezo que cualquier boxeador comete, pero hay que seguir adelante”.
Parte de la redención que necesita De la Hoya (21-1, 10KO’s) es cumplir la asignatura pendiente de pelear en casa.
“Cuando me dijeron que iba pelear en México, hablé con mi empresa de que me dieran la oportunidad, no por dinero, sino por orgullo de quedar mal la vez pasada y esta vez van a quedar con buen sabor de boca”.
El rival en turno será el venezolano Renson Robles mañana en el Auditorio del Estado y para enfrentarlo, aseguró que ha llevado una preparación más fuerte.
“Quiero que la gente de Mexicali sepa que aún queda Diego de la Hoya”, añadió, “mentalmente me he fortalecido, todos los boxeadores caemos en algún momento, aprendí de eso y hay que salir adelante”.