Javier Salazar regó diez hits en los últimos ocho juegos para terminar la temporada 2019-20 de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) como su mejor marca en cinco años en el circuito invernal.
El regiomontano de 23 años sorteó una campaña en la que se ausentó por varios juegos al participar en el preolímpico con la selección mexicana y una lesión. Aún así, le alcanzó para colocar sus mejores números y soñar con consolidarse.
“A pesar que fue una participación corta por ir a Tokio, lesionarme y los pocos juegos que tuve fue muy satisfactoria para mi y con más regularidad en el line up”, dijo en una entrevista por teleconferencia.
En 23 juegos, disparó 24 hits, remolcó once carreras y bateó para un promedio de .324 de bateo. Sus mejores números con Mexicali. Ahora, en año de pandemia, sin poder jugar en el verano, reportó al campamento emplumado para convertirse esta temporada en un jugador de todos los días.
Ha sido un año muy difícil, la preparación a la que uno está acostumbrado nos ha hecho batallar para entrenar”, dijo, “pero uno encuentra la manera de prepararse poco a poco, ya sea en casa o en un campo para tratar de tomar ritmo
Para eso, el parador en corto y segunda base de los Águilas, ha trabajado en la parte ofensiva y tratar de ayudar en la que fue una de las debilidades del equipo la campaña anterior.
La experiencia que he tenido en los últimos cinco años me ha ayudado mucho, empecé a tener más juego diario y eso me ha ayudado a madurar en los juegos importantes y ver el juego muy diferente