/ miércoles 4 de enero de 2023

Qué hacer si vas en tu auto y te quedas varado en la carretera

Los vehículos están fabricados con piezas mecánicas y eléctricas que pueden estropearse, más si cabe cuando no están bien mantenidos o si tu auto tiene algunos años. Aquí te explicamos los pasos que debes seguir

El avance de la tecnología ha permitido que los vehículos y sus componentes sean cada vez más fiables; pero, aunque sufrir una avería no está entre nuestra lista de preocupaciones, siempre es algo para lo que tenemos que estar preparados.

Ser prevenidos nos puede ayudar a evitar riesgos innecesarios, es un poco como conocer dónde están las salidas de emergencia si vamos al cine o a donde acudir en caso de realizar un trámite. Como diría aquel: “más vale prevenir que curar”.



¿Qué hago si sufro una avería?

Punto número uno y fundamental: mantén la calma. Efectivamente, se trata de un hecho inesperado, desagradable, inoportuno... Sí, todo lo que tú quieras, pero el auto ya no anda más y ahora lo que hay que pensar es cómo solucionarlo de la mejor forma posible.

Algo fundamental es detenerte en un lugar seguro. No siempre es posible porque a veces el auto nos aplica eso de “hasta aquí hemos llegado”; pero, sí podemos, es mejor avanzar hasta encontrar un sitio suficientemente seguro –aun a riesgo de que se pueda agravar la situación–. La seguridad vial es lo primero.

Una vez detenido, tenemos que hacernos ver, sobre todo si estamos en un acotamiento o en un lugar potencialmente peligroso. Enciende las luces intermitentes y apaga el motor si es que no se ha apagado antes; y, cuando vayas a salir, asegúrate de que no viene nadie antes de abrir la puerta.

Una vez fuera del auto, coloca los triángulos de peligro (si los tienes) y, si tienes algún dispositivo que te pueda ayudar en la señalización, utilízalo. Recuerda, estás en un lugar donde no suele haber peatones y el resto de los conductores no esperan ver a nadie, por lo que es muy fácil que se sorprendan y puedan hacer una maniobra brusca.

Si circulas por la carretera, hazlo por el acotamiento y, si puedes, hazlo fuera de ello. Una vez asegurada la zona, ponte en contacto con tu servicio de asistencia en carretera y si es necesario con los cuerpos de seguridad.

Las averías avisan, a veces con antelación

Nuestra actuación va a depender en gran medida del tipo de avería. En todo caso, la gran mayoría de las averías se avisan con tiempo. Si se trata de una avería mecánica, se puede detectar de varias formas con antelación, como por ejemplo ruidos que cada vez son más notorios, funcionamiento anormal o tirones, entre otros síntomas.

Si, por el contrario, es una avería eléctrica, aunque estas suelen ser más repentinas, normalmente el vehículo nos va a avisar a través de un testigo del tablero de mandos.

Además, hay otros síntomas que nos pueden avisar de que va siendo hora de llevar el coche al taller. Por ejemplo, el humo que sale por el tubo de escape, el color y la densidad nos podrán dar muchas pistas sobre un potencial problema.

De cualquier modo, antes de iniciar un trayecto conviene hacer un pequeño chequeo del auto, invertir un poco de tiempo previamente nos puede evitar males mayores.

Foto: Internet

¿Y si hay ocupantes?, ¿O niños?

Mucho de lo dicho anteriormente es aplicable al resto de los pasajeros. Estos deben colaborar en la medida de lo posible, pero siempre siguiendo todas las normas de seguridad.

En caso de que sea imposible encontrar una zona segura (por ejemplo, nos encontramos en un puente), una opción es permanecer en el vehículo con el cinturón de seguridad abrochado. Si viajas con niños, no hay que perderlos de vista ni un segundo, deben estar siempre controlados y lo más lejos posible de la zona de peligro.

No se trata de una parada de placer y lo prioritario es la seguridad. Por tanto, a pesar de que el menor no entienda las medidas que se tomen, siempre las deberá acatar. Junto a los riesgos viales, hay que tener en cuenta otros como la temperatura, la radiación solar o la peligrosidad del entorno.

Lo que nunca hay que hacer

¿Te has llevado alguna vez las manos a la cabeza viendo cómo alguien pretende cambiar una rueda en el acotamiento y está trabajando casi en medio del carril? Pues esa es una de las cosas que nunca hay que hacer, por ejemplo.

Tampoco se debe permanecer en la calzada más tiempo del necesario, algo muy típico es ver cómo alguien que circula por el arcén para colocar el triángulo va hablando por teléfono. Sí, el tiempo es muy importante, pero el ir hablando por el móvil en esa situación, en la que tan necesitados estamos de actuar con la máxima seguridad, no es la mejor de las ideas.

Por supuesto, durante la parada y sobre todo teniendo en cuenta al resto de los acompañantes, no es momento de moverse ni de jugar ni de explorar los alrededores. Algo que hace unos años no diríamos, pero que hoy debemos hacer: no es necesario subir el acontecimiento a las redes sociales e interactuar con amigos o conocidos en esta situación. Una cosa es no ponerse nervioso y otra es estar “demasiado relajado”.

Asimismo, es importante mantener la batería del móvil, por lo que todo uso no imprescindible puede dar lugar a que, cuando realmente lo necesitemos, nos hayamos quedado sin energía.

Lugares y momentos muy peligrosos

Si sumamos a la avería algunas circunstancias de tiempo o lugar, nuestra precaución debe ser extrema. Lugares especialmente peligrosos son los túneles, puentes, cambios de rasante, zona de curvas o zonas con fuertes terraplenes y desniveles.

En relación con las condiciones climatológicas, debemos extremar las precauciones a la salida y puesta de sol, durante la noche y en caso de niebla, nieve o lluvia intensa. Todos estos factores pueden provocar que el resto de los usuarios no nos vea con la antelación suficiente y, en algún caso, inducir a una maniobra brusca.

Eso sí, si hemos sufrido un percance, como decíamos al principio, lo mejor es mantener la calma y adoptar una actitud responsable siguiendo pautas como las que hemos abordado aquí.

El avance de la tecnología ha permitido que los vehículos y sus componentes sean cada vez más fiables; pero, aunque sufrir una avería no está entre nuestra lista de preocupaciones, siempre es algo para lo que tenemos que estar preparados.

Ser prevenidos nos puede ayudar a evitar riesgos innecesarios, es un poco como conocer dónde están las salidas de emergencia si vamos al cine o a donde acudir en caso de realizar un trámite. Como diría aquel: “más vale prevenir que curar”.



¿Qué hago si sufro una avería?

Punto número uno y fundamental: mantén la calma. Efectivamente, se trata de un hecho inesperado, desagradable, inoportuno... Sí, todo lo que tú quieras, pero el auto ya no anda más y ahora lo que hay que pensar es cómo solucionarlo de la mejor forma posible.

Algo fundamental es detenerte en un lugar seguro. No siempre es posible porque a veces el auto nos aplica eso de “hasta aquí hemos llegado”; pero, sí podemos, es mejor avanzar hasta encontrar un sitio suficientemente seguro –aun a riesgo de que se pueda agravar la situación–. La seguridad vial es lo primero.

Una vez detenido, tenemos que hacernos ver, sobre todo si estamos en un acotamiento o en un lugar potencialmente peligroso. Enciende las luces intermitentes y apaga el motor si es que no se ha apagado antes; y, cuando vayas a salir, asegúrate de que no viene nadie antes de abrir la puerta.

Una vez fuera del auto, coloca los triángulos de peligro (si los tienes) y, si tienes algún dispositivo que te pueda ayudar en la señalización, utilízalo. Recuerda, estás en un lugar donde no suele haber peatones y el resto de los conductores no esperan ver a nadie, por lo que es muy fácil que se sorprendan y puedan hacer una maniobra brusca.

Si circulas por la carretera, hazlo por el acotamiento y, si puedes, hazlo fuera de ello. Una vez asegurada la zona, ponte en contacto con tu servicio de asistencia en carretera y si es necesario con los cuerpos de seguridad.

Las averías avisan, a veces con antelación

Nuestra actuación va a depender en gran medida del tipo de avería. En todo caso, la gran mayoría de las averías se avisan con tiempo. Si se trata de una avería mecánica, se puede detectar de varias formas con antelación, como por ejemplo ruidos que cada vez son más notorios, funcionamiento anormal o tirones, entre otros síntomas.

Si, por el contrario, es una avería eléctrica, aunque estas suelen ser más repentinas, normalmente el vehículo nos va a avisar a través de un testigo del tablero de mandos.

Además, hay otros síntomas que nos pueden avisar de que va siendo hora de llevar el coche al taller. Por ejemplo, el humo que sale por el tubo de escape, el color y la densidad nos podrán dar muchas pistas sobre un potencial problema.

De cualquier modo, antes de iniciar un trayecto conviene hacer un pequeño chequeo del auto, invertir un poco de tiempo previamente nos puede evitar males mayores.

Foto: Internet

¿Y si hay ocupantes?, ¿O niños?

Mucho de lo dicho anteriormente es aplicable al resto de los pasajeros. Estos deben colaborar en la medida de lo posible, pero siempre siguiendo todas las normas de seguridad.

En caso de que sea imposible encontrar una zona segura (por ejemplo, nos encontramos en un puente), una opción es permanecer en el vehículo con el cinturón de seguridad abrochado. Si viajas con niños, no hay que perderlos de vista ni un segundo, deben estar siempre controlados y lo más lejos posible de la zona de peligro.

No se trata de una parada de placer y lo prioritario es la seguridad. Por tanto, a pesar de que el menor no entienda las medidas que se tomen, siempre las deberá acatar. Junto a los riesgos viales, hay que tener en cuenta otros como la temperatura, la radiación solar o la peligrosidad del entorno.

Lo que nunca hay que hacer

¿Te has llevado alguna vez las manos a la cabeza viendo cómo alguien pretende cambiar una rueda en el acotamiento y está trabajando casi en medio del carril? Pues esa es una de las cosas que nunca hay que hacer, por ejemplo.

Tampoco se debe permanecer en la calzada más tiempo del necesario, algo muy típico es ver cómo alguien que circula por el arcén para colocar el triángulo va hablando por teléfono. Sí, el tiempo es muy importante, pero el ir hablando por el móvil en esa situación, en la que tan necesitados estamos de actuar con la máxima seguridad, no es la mejor de las ideas.

Por supuesto, durante la parada y sobre todo teniendo en cuenta al resto de los acompañantes, no es momento de moverse ni de jugar ni de explorar los alrededores. Algo que hace unos años no diríamos, pero que hoy debemos hacer: no es necesario subir el acontecimiento a las redes sociales e interactuar con amigos o conocidos en esta situación. Una cosa es no ponerse nervioso y otra es estar “demasiado relajado”.

Asimismo, es importante mantener la batería del móvil, por lo que todo uso no imprescindible puede dar lugar a que, cuando realmente lo necesitemos, nos hayamos quedado sin energía.

Lugares y momentos muy peligrosos

Si sumamos a la avería algunas circunstancias de tiempo o lugar, nuestra precaución debe ser extrema. Lugares especialmente peligrosos son los túneles, puentes, cambios de rasante, zona de curvas o zonas con fuertes terraplenes y desniveles.

En relación con las condiciones climatológicas, debemos extremar las precauciones a la salida y puesta de sol, durante la noche y en caso de niebla, nieve o lluvia intensa. Todos estos factores pueden provocar que el resto de los usuarios no nos vea con la antelación suficiente y, en algún caso, inducir a una maniobra brusca.

Eso sí, si hemos sufrido un percance, como decíamos al principio, lo mejor es mantener la calma y adoptar una actitud responsable siguiendo pautas como las que hemos abordado aquí.

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