Para estudiar a profundidad sobre los tres sacramentos de iniciación, como lo son el bautismo, la confirmación y la eucaristía, y adoctrinar con ello a los feligreses sobre la importancia de éstos para la Iglesia católica, es que se llevó a cabo un curso de formación permanente para los sacerdotes que integran la Diócesis de Mexicali.
El Excelentísimo Señor Obispo, José Isidro Guerrero Macías, precisó que la Iglesia católica le pide a todos sus presbíteros una actualización de los estudios que realizaron en el seminario, razón por la cual esta semana se llevó a cabo este curso en donde alrededor de 182 sacerdotes accedieron a esta capacitación.
“En esta Diócesis tenemos cinco días para ver un tema que el Padre Medel de México, de la Arquidiócesis ha venido a impartir por su especialidad y doctorado en Sacramentos”.
Precisó que en esta semana se estudió sobre la importancia doctrinal, la teología de cada uno de los tres sacramentos iniciales, así como el aspecto pastoral y el celebrativo, siendo este último de gran auge en la sociedad, al igual que de la importancia de los padrinos en estas tres celebraciones, mismos que conllevan una fuerte responsabilidad moral para con el ahijado.
“El bautismo es una gran fiesta, pero ¿realmente esa fiesta va al unísono con la doctrina?, ¿va al unísono con la responsabilidad?, queremos retomar esta tarea que tenemos como sacerdotes, de involucrarnos con la familia y darle ese sentido de iglesia”.
Por su parte, el expositor de este curso, el Padre José Alberto Medel Ortega, de la Arquidiócesis de México, especialista en el tema de los Sacramentos por la Universidad de Roma, manifestó que en su experiencia y conocimiento vino a abonar a lo vivido por los clérigos, así como a mostrar cómo éstos pueden adecuarse a las realidades del hombre sin perder el sentido de espiritualidad que estas conllevan.
“Lo que la Iglesia enseña es inmutable en el tiempo, pero se adecúa a las realidades del hombre; los tres sacramentos de la iniciación gozan de un status dentro de la sociedad, no son solamente celebraciones de la fe y siempre van a ser un reto para la iglesia lograr, que sin que sean eso, el valor que la misma gente les da, al mismo tiempo respondan aquello para lo que Cristo los dejó”.
