El rendimiento por hectárea de trigo sembrada en el valle de Mexicali va en caída libre desde hace una década, de acuerdo al registró de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en Baja California (Sader).
Mientras que en el ciclo agrícola 2009-2010 se obtuvieron en promedio 7 toneladas por hectárea, para el 2018-2019 se produjeron 6; y en el 2017-2018, fueron sólo 5.6 toneladas.
Sin embargo, al hablar de promedio significa que algunos productores pudieron cosechar menos, otros más.
Esto ha generado una disminución de la siembra del grano: de 98 mil 878 hectáreas sembradas en 2013 se pasó a 42 mil 600 hectáreas en 2018.
El encargado de despacho de la Sader en el Estado, Juan Manuel Martínez Núñez, indicó que esperan que en la cosecha que está por comenzar en dos semanas mejore el rendimiento del trigo.
Considera que este ha sido un buen ciclo, sin problemas de falta de agua y hubo muchas horas frío necesario.
“La disminución de la superficie de trigo sembrado se debe a la rentabilidad, el precio internacional del trigo ha sido muy bajo en los últimos años, es un precio que localmente no se puede manipular porque depende del comercio internacional”.
El trigo cristalino de Mexicali se comercializa a países como Italia y África; mientras que el harinero se consume localmente, tiene un poco mejor precio.
“No es tan atractivo porque los insumos han continuado a la alza, entonces, el productor requiere un rendimiento más alto para alcanzar el punto de equilibrio, un productor que obtiene menos de 5 toneladas está perdiendo dinero”.
También en algodón
Así como los productores de trigo han caído en deuda de créditos por la baja producción, ahora también una disminución del rendimiento del algodón los está afectando, comentó el funcionario.
“El algodón no había sido un problema de cartera vencida, está empezando a uno, por eso los productores están reduciendo su rendimiento y reduciendo la calidad de su producción también”.
