Como una casa sucia y desordenada, fue como comparó la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, al gobierno que le entregó su predecesor, el ex gobernador morenista, Jaime Bonilla Valdez.
“Al llegar a este gobierno nos encontramos con mucho desorden, desorganización, es como llegar a una casa desordenada, una casa sucia, hay que llegar a limpiar y poner orden, para que la casa pueda funcionar como un verdadero hogar”
“Lo mismo sucedió en la transición cuando llegamos a este gobierno estatal, fue una transición complicada como ustedes lo saben, al llegar retomamos muchas circunstancia, pusimos orden, organizamos, tenemos una estabilidad financiera producto de un trabajo técnico, y reconocer a todos los miembros del gabinete para máscara adelante los temas más importantes”.
Sus palabras fueron vertidas en la mañanera estatal, donde adelantó parte de sus acciones tras cumplirse el pasado 1 de noviembre, el primer año al frente del gobierno de Baja California.
“Poner el corazón por delante es más que un simple slogan”, y aseveró que el primer año ha sido de reto, que no ha sido sencillo, y que requiere de transformación profunda y de un gobierno de cambio.
En contexto, el gobierno de Ávila Olmeda denunció penalmente a 13 ex funcionarios del gabinete de Bonilla Valdez, por la licitación y contratación de una planta fotovoltaica que generó que cerca de 12 mil millones de pesos se comprometieron de las partidas federales.
Pero además, sin realizarse obra, ya que la empresa Next Energy que resultó ganadora, no contaba con permisos, ni licencias, y el poder ejecutivo le entregó un contrato donde garantizaban el pago, e incluso se expidieron facturas sin haber construido nada en el terreno asignado.
La denuncia sigue su curso, actualmente 6 ex funcionarios fueron vinculados a proceso, cuyo proceso se desahogará en el mes de diciembre; también se excluyó de cargos a Amador Rodríguez Lozano, quien fungió como secretario general de gobierno y quien estuvo como imputado.