A casi tres años de haber llegado a Mexicali en una corriente migratoria que se calculó de 20 mil haitianos que se distribuyeron en Baja California, la situación para quienes decidieron quedarse parece estabilizarse pese a las dificultades y riesgos. El presidente de la Asociación Civil Movimiento Haitiano en México, José Joseph, destaca la preparación académica de muchos de ellos que tienen diferentes profesiones y realizan actividades artísticas musicales y de artes plásticas o en los medios de comunicación.
Tal es el caso de esforzados haitianos como Boldo o Gama Louidor, jóvenes muy preparados en busca de nuevos horizontes. Según datos de la asociación civil Movimiento Haitiano en México que agrupa a más de 300 personas, la integración de alrededor de 1 mil haitianos que quedaron en Mexicali no ha sido fácil, porque tienen que estar al tanto de su documentación que permite su estancia.
Ellos fueron muy bien recibidos por las autoridades mexicanas de los tres niveles de Gobierno que les apoyaron económicamente con alojo y alimentos por varios meses y al concluir la enorme mayoría desapareció de este territorio; los menos consiguieron asilo en los Estados Unidos y otros regresaron a su país o antigua residencia.
Con cierta desconfianza contestan preguntas y la mayoría no quieren se les identifique, sean hombres o mujeres de aquella nacionalidad y lo que se obtienen son datos sueltos de la situación que están viviendo, tratan de adaptarse a sus nuevas condiciones de migrantes en un país distinto a su cultura.
En el Centro Histórico de la ciudad las personas de color con vestimenta parecida, pantalón de mezclilla, camisetas de distintos colores, pelo ensortijado, con tenis o huaraches llamativos, hombres de diferentes estaturas y delgados y mujeres con peinados llamativos, se han vuelto paisaje permanente en esta parte antigua de la capital. También es posible ver a mexicanas tomadas de la mano con haitianos, lo que representa una oportunidad de regularizar su situación jurídica como migrantes en nuestro país, lo que causa curiosidad y comentarios de la gente.
Al terminar la ayuda oficial, muchos haitianos rentaron viviendas de forma individual y colectiva y es muy común verlos abordar camiones de las rutas que cubren las diferentes colonias del Poniente de la ciudad y del centro, de ida y vuelta para realizar sus actividades cotidianas. Muchos se emplean en diferentes trabajos y hasta oficios, desde “cerillos” en algunas tiendas de conveniencia, chef en restaurantes, en fábricas o en el comercio y en el comercio ambulante.