El proyecto piloto “sala de consumo seguro” de drogas que se estableció en el Centro de la Ciudad continúa cerrado por la administración municipal, los coordinadores del espacio señalan trabas por parte del Ayuntamiento para su reapertura.
El coordinador de Proyectos en Integración Social Verter, Zaid Slim, indicó que a pesar de haber funcionado como área de pruebas, en noviembre pasado se hizo viral en internet la noticia y el gobierno local se percató de su existencia y lo clausuró.
En Verter, desde hace más de 10 años ofrecen atención a personas con adicciones, VIH y Hepatitis C y desde 2018 iniciaron operaciones en el centro comunitario en el Centro de la Ciudad.
“El año pasado lanzamos una propuesta de realizar una intervención de salud pública llamadas ‘sala de consumo seguro’, es una propuesta que hay evidencia de que es efectiva”.
Denunció que la verdadera razón por la que el espacio está cerrado es por pánico de las autoridades.
“El Gobierno Municipal de Mexicali lo que hizo fue escandalizarse por esta noticia que se hizo viral en México y en todo el mundo, en vez de buscar dialogar en vez de atender un problema de salud pública como son las adicciones, lo que hizo fue clausurar el local”.
Acudieron al Ayuntamiento para ver las inconformidades establecidas a través de Administración Urbana, les señalaron que se trataba del trámite de uso de suelo, el cual en noviembre empezaron con la tramitología.
Dijo que presentaron los documentos que se requieren y hasta el momento el Gobierno de Mexicali y la dependencia “nos han dado largas”; desde el 21 de diciembre la autoridad tenía una respuesta, pero se entregó apenas ayer.
Además, mencionó, que en el documento hay información falsa, porque señala hechos que no ocurrieron.
Al local nunca ingresaron porque al clausurarlo estaba cerrado, por lo que no pueden hablar de problemas de higiene al interior que no existen y no vieron.
De acuerdo a lo que señalan en su página electrónica “en el centro comunitario clausurado no se comercializan drogas y tampoco se promueve su uso, sólo se brinda un espacio donde las mujeres pueden usar las drogas que necesitan de manera segura y controlada, rodeadas de personal amigable y capacitado en diversos temas de salud”.
“El Estado no brinda ninguna alternativa de atención en salud a las mujeres que no están en condiciones de dejar de inyectarse drogas, lo que aumenta no sólo su vulnerabilidad social y la de sus hijos, sino que afecta negativamente sus condiciones de salud”.