La temporada de la Cuaresma es la época en la que los restaurantes especializados en mariscos tienen una mayor cantidad de visitantes, sin embargo, empresarios del giro coincidieron en que esto no necesariamente se traduce en mayores utilidades, pues los altos costos de los diferentes insumos impiden que ganen más que el resto del año.
Edgar Zamora Chávez propietario, del restaurante “El Cauque”, refirió que no es que se venda más durante este periodo, sino que se concentra la afluencia de los visitantes para los fines de semana, pues de acuerdo a la fe católica, los viernes no se come carne, lo que motiva a la gente a comer un producto del mar ese día.
“En lugar de comer mariscos el lunes, la gente dice 'me espero al viernes', entonces lo que hace la cuaresma es concentrar las ventas en un solo día”.
En el mismo sentido opinó José Francisco Ruiz Zavala, propietario de Mariscos “Los Pepitos”, quien explicó que existe una mayor demanda de platillos de su giro durante la Cuaresma, pero esto no representa una venta significativa al compararla con la del resto del año.
“Si hay más venta pero no es mucha, hay más trabajo, eso sí”.
Altos costos de insumos evitan “ganarle”
Los empresarios coincidieron en que los altos costos de los diferentes productos que requieren para presentar el platillo final a los comensales les evita tener una mayor utilidad, ya que los altos niveles de inflación han generado un incremento en el precio de sus insumos.
Zamora Chávez comentó que la alta demanda de la temporada provoca un alza en el costo de los pescados y mariscos, lo cual suele “absorber”, ya que no incrementa los precios a su menú de manera estacional.
Por ejemplo, dijo que el camarón antes de la Cuaresma tenía un precio de 160 pesos el kilogramo, cuando ahora está en 210 pesos.
“Está muy picado el mar de Sinaloa y no hay tanto pescado, por eso las pescaderías subieron el precio. El cazón para los tacos de pescado, subió de 85 a 115 pesos el kilogramo”.
Mencionó que un ejemplo de estas alzas es el costo del aguacate, el cual se encuentra en 90 pesos el kilogramo, cuando la semana previa lo compró a 60 pesos.
Hace dos años la harina tenía un precio de 40 pesos una presentación de 5 kilos, lo cual ha incrementado este año a 90 pesos.
