Con el espíritu de disfrutar la vida sin importar sus limitaciones FREDDY un perro criollo de once años camina alegre en un jardín cuidadosamente decorado, haciendo uso de su memoria para no tropezar con las macetas y arboles al estar completamente ciego desde hace algún tiempo.
Desde hace tres años llego a manos de Rosaura Arriola, Representante de la Asociación Civil Spay México quien lo recibió tras no poder encontrar un hogar que se adaptara a sus necesidades especiales.
“Cuando tenía ocho años lo rescataron en San Diego, lo dejaron en muy mal estado y un amigo lo salvo para darlo en adopción, pero al hacer esto empezó a presentar bastantes problemas de salud. Primero tuvo un glaucoma y debido a esto perdió un ojo y del otro quedo totalmente ciego aunado a problemas en la piel por lo cual lo iban a sacrificar”, recordó Rosaura Arriola.
Junto a 24 perros más que se tiene en su hogar y que padecen diversos padecimientos por la edad o problemas congénitos, Freddy comparte una vida tranquila en donde solamente se dedica a descansar los años que le resten de vida, demostrando con esto que las discapacidades no solamente se presentan en los seres humanos, sino en los animales de compañía como él, pero que a pesar de las penurias que ha vivida aun deja en su actitud una felicidad por al fin encontrar un hogar adoptivo llevo de amor y comprensión.