Hace alrededor de 2 años, Jesús López López salió de Estados Unidos por su propia voluntad, al vencer su permiso de trabajo en Estados Unidos, desde entonces, ha esperado con paciencia en la calle, trabajando en lo que puede, pero sin perder la esperanza de cruzar de manera legal la línea internacional. Aunque nació por “accidente” en Mexicali hace 58 años, se considera de Sinaloa, ya que fue criado en aquel Estado, pero fue en Tijuana donde conoció a su esposa, una ciudadana estadounidense, que le arregló papeles para que pudiera trabajar en Carolina del Norte.
Sin embargo, por diferencias en su matrimonio y la consecuente separación de la pareja, ya no pudo renovar su visa de trabajo, por lo que decidió dejar por su propia voluntad el país de las barras y las estrellas, para esperar el desarrollo de su trámite. Jesús mitiga el calor y la humedad con el agua de un aspersor del parque Héroes de Chapultepec, donde cuenta su historia, mientras lava un pantalón y de paso se moja con el chorro de agua destinado originalmente a regar el césped del centenario sitio.
Fueron 10 años los que trabajó en Estados Unidos, en una empresa dedicada a la construcción de naves industriales, labor que tuvo que dejar para venir a vivir a Mexicali y cruzar diariamente la frontera para trabajar en los campos agrícolas. Fue por un consejo que le dieron, que por su propia voluntad salió de Estados Unidos, para esperar el desarrollo de su trámite, que se ha tardado todo este tiempo, en el que ha vivido en la calle, soportado el maltrato de los policías e incluso en los albergues para migrantes.
Dijo que no tiene planeado cruzar la frontera de manera ilegal, ya que esto afectaría de fea manera sus trámites de migración por lo que prefiere esperar. Por lo pronto, espera establecerse en Mexicali, donde un día sueña en iniciar con un negocio, en caso de que ya no sea aceptado su ingreso a Estados Unidos, pero por lo pronto busca dónde dormir y cómo mitigarse el calor que ya empieza apretar en el implacable verano cachanilla.
