La deficiencia que presentan algunas máquinas para hemodiálisis en el Hospital Regional de Especialidades No. 30 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha ocasionado preocupación y molestia para el paciente Wendy Dolores Guzmán Prudhomme quien desde hace dos semanas se le ha interrumpido constantemente su tratamiento.
Desde hace 15 años padece insuficiencia renal crónica, es por ello su preocupación al no recibir tratamiento ya que su enfermedad sin diálisis o un trasplante, avanza y, finalmente, provoca la muerte.
El tratamiento lo recibe tres veces por semana, los días lunes, miércoles y viernes, tiene una duración de tres horas cada aplicación, al no recibir su medicación comienza a sentirse mal de salud, por ejemplo, retiene líquidos y se empieza a hinchar.
“El viernes fui a mi cita y el médico me comentó que la máquina no servía, que el día lunes ya que me toque nuevamente la aplicación acuda para ver si recibo el tratamiento”, expresó la paciente.
Tienen un grupo de whatsapp con todos los pacientes que reciben hemodiálisis, al ella contar su historia, se sumaron más integrantes haciendo mención a que últimamente salen del tratamiento con mucha sed, ese es uno de los síntomas cuando no reciben la aplicación correctamente o empieza a fallar la maquina.
“Cuando la máquina falla empezamos a salir con mucha sed, la presión alta, desgaste físico, mareos, dolor de cabeza y náuseas” detalló.
Fue en la tarde del viernes cuando uno de sus compañeros que también recibió hemodiálisis, le preguntó el motivo por el cual no había entrado a recibir el tratamiento, si la máquina funcionaba y habían puesto a otro paciente más, dicho mensaje le causaba molestia y se orillo a hablar con los titulares, pero no obtuve respuesta alguna.
“Creo que ya es personal, en diversas ocasiones me quedó sin recibir tratamiento y tuvo que surgir a particulares, cada aplicación sale alrededor de 3 mil pesos, y digo que es personal porque soy de las personas que siempre estoy quejándome por la misma situación, tanto que el nefrólogo Domínguez me ha amenazado con quitarme el servicio” mencionó Wendy.
Desea que las autoridades trabajen y solucionen los problemas que presentan las máquinas ya que constantemente se están descomponiendo, tanto ella como sus compañeros tienen el derecho a recibir el tratamiento.
