Monseñor Salvador Rangel Mendoza, obispo emérito de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Guerrero, se encuentra desaparecido, según confirmó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
A través de un comunicado, la Iglesia Católica detalló que se desconoce el paradero del clérigo desde el pasado sábado 27 de abril.
"Hacemos un llamado alGobierno Federal, a los Gobiernos de los Estados de Morelos y Guerrero, y a las autoridades municipales correspondientes para que, en el ámbito de sus respectivas competencias, actúen de manera coordinada y eficaz a fin de traer de regreso a casa, sano y salvo, a nuestro hermano Obispo", agrega el comunicado.
También hicieron un “respetuoso, pero firme llamado” a quienes mantienen tienen en cautiverio a Rangel Mendoza para que, “en un acto de humanidad y considerando su delicado estado de salud, le permitan tomar de manera adecuada y oportuna los medicamentos que requiere para su bienestar”.
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Monseñor Salvador Rangel Mendoza fue el obispo que en meses pasados negoció con grupos criminales de Guerrero para lograr una tregua entre ellos y contener la ola de violencia que azota la entidad.
El Episcopado mexicano también informó que ya presentaron la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado de Morelos, específicamente en la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada de Personas y Cometida por Particulares, a fin de que se realicen todas las diligencias necesarias que conduzcan al esclarecimiento de los hechos y al pronto regreso con bien de Monseñor Rangel Mendoza.
“Reiteramos nuestra solicitud para su pronta liberación y regreso seguro a casa”.
Por último, solicitaron a la sociedad en general para que, en la medida de sus posibilidades, proporcione cualquier información que pueda contribuir con las investigaciones. Prolongación Misterios No. 26 Col. Tepeyac Insurgentes 07020, Alcaldía Gustavo A. Madero Ciudad de México, Tels. 55 5781 8462, 55 5781 4901, 55 5577 5401 ó en la página www.cem.org.mx
“Elevamos nuestras oraciones por Mons. Salvador, su familia, seres queridos y por todos aquellos que sufren las consecuencias de la violencia e inseguridad. Confiamos en que las autoridades actuarán con la debida diligencia y prontitud para resolver favorablemente este caso. Invitamos a todas las comunidades eclesiales a unirnos en oración por esta intención durante las celebraciones eucarísticas”.
