/ jueves 28 de diciembre de 2017

El Mercado Juárez, el rincón de los rituales

En el mercado se venden hierbas, lucen las imágenes de San Benito, San Judas e incluso el santo de los narcos, Jesús Malverde, y la Santa Muerte

El pasillo donde venden hierbas, en el mercado Juárez, es largo y penetra las fosas nasales con el sinfín de aromas a remedios. Los pregones llaman a poner la atención en los locales, donde lucen las imágenes de San Benito, San Judas e incluso el santo de los narcos, Jesús Malverde, y la Santa Muerte.

Allí, entre bultos amontonados de mirto, laurel, manzanilla, collares de ajos que cuelgan de los techos, también lucen las envolturas de los cientos de rituales que se ofertan para esperar el Año Nuevo.

Blanca Campuzano Castañeda y María de los Dolores Beltrán, conocidas en el mercado Benito Juárez de la terminal como doña Blanquita y la Güera, son dos expertas en atraer la salud, el amor, dinero y alejar enfermedades y los malos espíritus. Ambas son buscadas cada 31 de diciembre por sus clientes para los rituales de Año Nuevo.

“Este 2018 es el año del perro, pero hay rituales contra daños, de triple sueño, de mandarina, de naranja, de negra curandera, hay de varios que sirven para todo, son más de mil rituales”, asegura Blanquita, como le dicen de cariño sus clientes que llegan a su local marcado con el 501.

La Güera es la dueña del negocio del mismo nombre marcado con el número 500 en la nave de húmedos, donde lleva 47 años ofertando hierbas para todos los males. El epazote y mirto, son las medicinas naturales con las que sus ancestros se curaban, aclara la mujer. “Antes solo eran las limpias con las hierbas y veladoras, ya luego metimos los paquetes con los borreguitos y perfumes”, explica.

En la nave de húmedos, a un costado de los arreglos florales y en el acceso a donde se ubica el altar a la Virgen de Guadalupe, que se salvó del incendio hace tres años, se ubica el pasillo de los rituales y hierberos del mercado Juárez. Allí despacha la Güera, una de las más experimentadas en curar los males que sigue la tercera generación de hierberos en su familia.

Su negocio siempre luce con el olor peculiar del romero, epazote, mirto, árnica, la Santa María y el hinojo, que trae cada semana desde el mercado de Sonora en la Ciudad de México.

“Las hierbas también son solicitadas para los rituales y todo el año vienen a vernos los clientes para que los cure”, revela María.

Otros rituales tradicionales que se pueden encontrar en el pasillo son los borregos para el dinero, las veladoras de manzana dorada, que es para atraer el dinero, las plateadas para el trabajo y de color cobre para la envidia, enlistan las curanderas en sus recetas naturistas.

También los hay de semillas, junto con el árbol de la abundancia que asegura Blanca absorbe durante todo el año la mala vibra y para cumplir el ritual se deben quemar sus restos podridos.

En el pasillo también son comunes los amuletos para el mal de ojo, dedicados a los niños, las pulseras y medallitas de San Benito, que penden con hilos en un rincón del negocio de la Güera. Incluso ofrecen las imágenes y medallitas del santo de los narcos, Jesús Malverde.

“Este también nos lo piden, viene gente y se lo lleva como protector”, revela Blanca. Otros optan por el San Judas y las figurillas de la Niña Blanca, según la creencia y lo que se quiera pedir.

El sincretismo de creencias y fe en los amuletos y rituales, va más allá de una simple moda en el pasillo del mercado Juárez. Es un rincón recurrido cada fin de año que gana adeptos con el paso de los años necesitados de buena suerte e incluso de “amarres” en el amor.

El pasillo donde venden hierbas, en el mercado Juárez, es largo y penetra las fosas nasales con el sinfín de aromas a remedios. Los pregones llaman a poner la atención en los locales, donde lucen las imágenes de San Benito, San Judas e incluso el santo de los narcos, Jesús Malverde, y la Santa Muerte.

Allí, entre bultos amontonados de mirto, laurel, manzanilla, collares de ajos que cuelgan de los techos, también lucen las envolturas de los cientos de rituales que se ofertan para esperar el Año Nuevo.

Blanca Campuzano Castañeda y María de los Dolores Beltrán, conocidas en el mercado Benito Juárez de la terminal como doña Blanquita y la Güera, son dos expertas en atraer la salud, el amor, dinero y alejar enfermedades y los malos espíritus. Ambas son buscadas cada 31 de diciembre por sus clientes para los rituales de Año Nuevo.

“Este 2018 es el año del perro, pero hay rituales contra daños, de triple sueño, de mandarina, de naranja, de negra curandera, hay de varios que sirven para todo, son más de mil rituales”, asegura Blanquita, como le dicen de cariño sus clientes que llegan a su local marcado con el 501.

La Güera es la dueña del negocio del mismo nombre marcado con el número 500 en la nave de húmedos, donde lleva 47 años ofertando hierbas para todos los males. El epazote y mirto, son las medicinas naturales con las que sus ancestros se curaban, aclara la mujer. “Antes solo eran las limpias con las hierbas y veladoras, ya luego metimos los paquetes con los borreguitos y perfumes”, explica.

En la nave de húmedos, a un costado de los arreglos florales y en el acceso a donde se ubica el altar a la Virgen de Guadalupe, que se salvó del incendio hace tres años, se ubica el pasillo de los rituales y hierberos del mercado Juárez. Allí despacha la Güera, una de las más experimentadas en curar los males que sigue la tercera generación de hierberos en su familia.

Su negocio siempre luce con el olor peculiar del romero, epazote, mirto, árnica, la Santa María y el hinojo, que trae cada semana desde el mercado de Sonora en la Ciudad de México.

“Las hierbas también son solicitadas para los rituales y todo el año vienen a vernos los clientes para que los cure”, revela María.

Otros rituales tradicionales que se pueden encontrar en el pasillo son los borregos para el dinero, las veladoras de manzana dorada, que es para atraer el dinero, las plateadas para el trabajo y de color cobre para la envidia, enlistan las curanderas en sus recetas naturistas.

También los hay de semillas, junto con el árbol de la abundancia que asegura Blanca absorbe durante todo el año la mala vibra y para cumplir el ritual se deben quemar sus restos podridos.

En el pasillo también son comunes los amuletos para el mal de ojo, dedicados a los niños, las pulseras y medallitas de San Benito, que penden con hilos en un rincón del negocio de la Güera. Incluso ofrecen las imágenes y medallitas del santo de los narcos, Jesús Malverde.

“Este también nos lo piden, viene gente y se lo lleva como protector”, revela Blanca. Otros optan por el San Judas y las figurillas de la Niña Blanca, según la creencia y lo que se quiera pedir.

El sincretismo de creencias y fe en los amuletos y rituales, va más allá de una simple moda en el pasillo del mercado Juárez. Es un rincón recurrido cada fin de año que gana adeptos con el paso de los años necesitados de buena suerte e incluso de “amarres” en el amor.

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